El cine, su influencia en el consumo de vinos
Fotografía: boldlife.com
Muchas películas han tenido influencia importante en la sociedad global, y en el caso del mundo del vino creo que una de las que ha sido un parteaguas es “Bottle Shock”, llamada “El juicio de París”, en español.
Del año 2008, basada en un hecho real, cuenta la historia de una célebre Cata a ciegas realizada en Francia el 24 de mayo de 1976 y a la que asistieron los expertos más valorados del mundo del vino. Su aportación fue realmente importante al mundo del vino, ya que a partir de ella los consumidores a nivel global se interesaron por vinos más allá de los llamados del viejo mundo (Francia, España, Italia, Portugal, Alemania, por mencionar los principales).
En esta contienda el protagonista, George Taber, un inglés propietario de una tienda de vinos con poco éxito, decide viajar a América, específicamente a la región vinícola de California, con la idea de seleccionar diferentes vinos tintos y blancos de las variedades Cabernet Sauvignon y Chardonnay, respectivamente, para llevarlos al país europeo con el fin de comparar y medir los vinos de Francia con los de este lado del mundo.
El resultado de la cata fue un golpe en el mapa de la vinicultura, porque resultó ganador, nada más y nada menos, un vino de los Estados Unidos, específicamente de Napa Valley. Se trató de un Chardonnay de 1973, de la bodega Chateau Montelena. Los creadores del vino fueron Jim Barrett y su hijo, quienes a partir de aquella cata recibieron todos los reconocimientos de los conocedores como poseedores de un “terroir” excepcional. En aquella cata, que más tarde se conoció como “el juicio de París”, estuvieron presentes el experto inglés Steven Spurrier, quien la organizó y es el protagonista de la película, y el periodista George Taber, quien más tarde escribió el libro en el cual se basó la misma.
A partir de ello, los aficionados al vino estuvieron abiertos a probar y valorar de otra manera los vinos del nuevo mundo (México, Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Uruguay, Chile, Sudáfrica).
Tanto el libro como la película (pero sobre todo ésta), dieron un giro al consumo del vino, realidad que vivimos hasta nuestros días.
Daniel Parra
@candinga, @candingaMx
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