La música es una forma de imitar, de recrear, opinar, evocar e invocar. En muchos casos, es franqueza, en otros olvido o disimulo. Es canto de guerra y de ternura, de celebración y luto. Es manera de decir y manifestarse. Es muchas cosas, pero indudablemente es expresión de la existencia, de la naturaleza del ser humano. Es la vida.
Este número de julio se lo estamos dedicando a nuestra música mexicana, sin duda rica en sonidos, ritmos, letras y armonías.
La historia de la música mexicana va de la mano con nuestra historia.
Desde los ritmos prehispánicos y a través de los siglos, nuestra música, a pesar de influencias de otros lugares, siempre ha mantenido un sello propio que la distingue e identifica ante el mundo.
El romance español es la versión fonéticamente acortada de los versos largos llamados alejandrinos o cuadernavía (14 sílabas), que eran formas académicas poco adecuadas para andar por las calles recitándolas o cantándolas.
Son mediados de Siglo XX y después de que, durante el gobierno de Porfirio Díaz, en donde la vida musical se desarrollaba con gran influencia europea, México se encuentra revuelto por la postrevolución...
Difícil responder y fácil de escuchar: viniendo de la resaca de unos excesivos años 80 que se dividían entre el llamado Rock en tu idioma y los alternativo de un under...
La música y la gastronomía son dos formas de arte que comparten una profunda capacidad para expresar la cultura y la identidad de un pueblo. En México ambas son celebradas con pasión y han evolucionado a lo largo del tiempo...
El paisaje musical mexicano estaría incompleto si no se integra a él la poesía. Casi siempre (salvo en el reggaetón), la letra que acompaña a la música es parte integral de la misma. Podemos afirmar sin equivocarnos que la música es poesía y la poesía es música.
La poesía y la música son una radiografía de las realidades de los países, de lo que se está viviendo, de lo que se percibe en la calle, como ha sucedido desde hace ya algunos años lastimosamente, con la música en México, que no es otra cosa que la verdadera realidad mexicana...
La música de México es variopinta, tanto como lo es el propio país. No existe una única expresión musical identitaria, pues existen muchas, y algunas de ellas hoy muy poco conocidas, aun cuando lo que identificamos como nuestra música nacional sea casi siempre en nuestro imaginario popular, sobre todo el mariachi...
La música se encuentra comprendida entre las siete disciplinas principales de las Bellas Artes, siendo las otras: pintura, escultura, arquitectura, danza, literatura y cine. La música es el lenguaje universal capaz de despertar emociones, sensaciones y traer de lo más profundo de nuestro Ser los recuerdos de la más remota infancia, se dice que la “música es el lenguaje y alimento para el alma”.
Atecocolis y teponaxtles, huehuetl y acatapitz, ayoyotes y ocarinas, sonidos que en el infinito silencio se escuchaban cada día en la existencia de los macehuales de aquellos tiempos. Con la música que emanaba de la naturaleza y que los grandes músicos trataban de imitar por medio de instrumentos sagrados, empieza la historia de este mosaico musical mexicano...
La historia musical de México es rica y diversa, reflejando la fusión de diversas culturas a lo largo de los siglos. Desde la música prehispánica de las civilizaciones indígenas hasta la influencia de la música española y africana durante la época colonial, la música mexicana ha evolucionado de manera única.
No cabe duda de que el grado de dificultad del gerundio es alto, y en el nombre lleva la penitencia.
Para empezar, hay que decir que no es recomendable en cualquier verbo, pues, en efecto, en verbos como “dormir”, “morir” y otros que implican "actos acabados”, no se puede en sentido estricto estar “durmiendo” (a menos que se haga a ratos, con intervalos en los cuales se despierta uno y se vuelve a dormir), ni “muriendo”, a menos que, igual, se “reviva” y se vuelva a “morir” una y otra vez. Porque el gerundio implica una acción que “dura” o que "permanece”.
Esta novela de Laura Baeza es una historia narrada desde dos puntos de vista y dos visiones distintas, sobre la trata de personas. Es una historia que está ambientada en Tlaxcala, México, y narra la dolorosa realidad que existe en nuestro país y que miles de niñas y mujeres viven todos los días. Uno de los puntos de vista es el de Lucero, una adolescente víctima de la trata de personas; el otro punto de vista corresponde a Dolores, quien está buscando a su hija Nancy, también desaparecida para la explotación sexual.
Estatua de Agustín Lara en la plaza Lavapiés, Madrid, España. Un homenaje al compositor mexicano que vivía allá, del otro lado del mar, según decían los habitantes de la madre patria. Lara es reconocido por sus canciones e interpretaciones a lo largo del mundo y es un ícono de la comunidad de bohemios de habla hispana.
Eduardo Pineda
eptribuna@gmail.com
Percusión antropomorfa
El diseño en la cultura prehispánica seguirá estando presente; cada día descubrimos el valor de sus objetos cotidianos. Diferentes museos guardan de forma catalogada cada una de esas piezas; el alto desarrollo en investigación que se ha hecho cuenta con una de las escuelas más prestigiadas en su descripción: Procedencia, cultura, época, materiales.