Vril, el poder de la raza venidera, de Edward Bulwer-Lytton

LIBROS 

Miguel Campos Ramos 

 

 

De forma anónima, con el título La raza venidera, el escritor, político y periodista británico Edward Bulwer-Lytton (Londres, 1803-1873) publicó esta novela en 1871. 

Se trata de una obra injustamente olvidada, a la que en estos tiempos de carencia de valores bien haríamos en acercarnos. 

Tal vez en parte se deba a que es de ciencia ficción, y este género literario nunca ha sido debidamente valorado. 

Pero está magníficamente escrita, por momentos hasta con tintes poéticos (no en balde el autor cultivó la poesía).  

Además, es una especie de ensayo social y distópico que narra la vivencia de una raza que evolucionó paralelamente a la raza humana, pero que, por cuestiones ambientales, terminó habitando dentro del planeta. 

Esta obra fue casi simultánea a la célebre Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne, que también trata de la existencia de vida dentro del planeta, si bien en esa obra de Verne no hay vida inteligente. 

Pero mientras la novela de Verne trata sólo del viaje de un sabio y su sobrino, es de ir, es más científica, La raza futura, como también se le conoce a la novela de Edwar Bowler-Lytton, es una fantasía especulativa acerca de una raza casi perfecta, que le permite al autor hacer comparaciones con la raza a la que él pertenece, en las cuales los humanos habitantes de la superficie salen perdiendo en moral, educación, valentía, política, respeto, salud, incluso en belleza… 

Hay una buena razón para que sean así: conocen un arma infalible que les permite prácticamente enfrentarlo y dominarlo todo. Tal arma se llama vril. 

Se trata de un arma que es resultado de un gran descubrimiento hecho por sus sabios, quienes hallaron en ciertos elementos de la naturaleza una fuerza singular, la cual consiguieron aislar y concentrar, y les permitió desarrollar grandes y modernas ciudades en las inmensas oquedades subterráneas, tan magníficamente iluminadas que no necesitan del Sol. Esa misma arma les permitió producir alimentos y establecer un orden y un control social y político casi perfectos. 

Un dato curioso es que Adolfo Hitler, quien era muy proclive a cuestiones místicas y paranormales, se interesó mucho por esta novela, si bien no por su historia, sino por aquella arma llamada vril; hasta se llegó a especular que integró una especie de comisión que indagara si tal raza había existido o existía… Bueno, al menos esto habla del poder de las historias, sobre todo cuando, pese a ser muy imaginativas o hasta fantásticas (más en la ciencia ficción), un autor es capaz de hacer creer que la historia por él contada no es inventada, sino real.  

Y Bulwer-Lytton lo consigue pues deja, al final, esa inquietante impresión. 

Ojalá que se animen a leerla, amigos sibaritas.  Es un manjar, un deleite, un crisol de valores y un remanso para el espíritu.     

 

 

camposramos@outlook.es 

@miguelcamposr15 

Canal: https://youtube/miguelcamposramos6715 

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