La felicidad está dentro de ti, no la busques fuera
SABER PROFUNDO
Jorge A. Rodríguez y Morgado
Sé feliz todos los días, te lo agradecerá el corazón. JARyM
La felicidad es un concepto que en todas las culturas ha tenido especial relevancia. Las diferentes civilizaciones se han encargado de simbolizarla mediante un gran número de deidades. Los dioses y diosas de la felicidad estaban personificados en sus respectivas mitologías.
Es así que encontramos en Grecia a Thelxinoe y a Eufrósine como felicidad, júbilo, alegría; en Roma tanto Felicitas era la diosa de la buena suerte y el éxito, como Laetitia representaba a la diosa de la alegría y la felicidad; en Japón Izusan Gongen y en Lituania la deidad Linksmine representaban la felicidad y el buen humor; las Apsaras representaban a los espíritus hindúes de la felicidad.
En la mitología Azteca, Xochipillí (del náhuatl xochitl -“flor”- y pilli -“niño”) tenía dos hermanos: Ixtliton, dios de la salud, la medicina y la danza; y Macuilxóchitl, el dios de los juegos. Esta triada representa la salud, el placer y la felicidad.
Etimológicamente la palabra felicidad proviene del latín “felicitas o felicitates”, que a su vez se deriva de felix o felices, que significa “fértil o fecundo”. El Diccionario de la Real Academia Española le da el siguiente significado: 1. Estado de grata satisfacción espiritual y física, y agrega como sinónimos: dicha, ventura, contento, satisfacción, bienestar, suerte, prosperidad, fortuna, alegría, bonanza.
Para el filósofo, polímata y científico griego Aristóteles, la finalidad del hombre consiste en ser feliz. Decía Aristóteles que para alcanzar la verdadera felicidad el ser humano necesita basar su vida en acciones virtuosas, sustentadas en el pensamiento, la justicia y la razón, e identifica tres formas de vida que buscan la felicidad.
La primera está guiada por el placer en el que la felicidad se encuentra en la satisfacción de los deseos. Para Aristóteles, esta forma de vida es comparable a la de los animales. La segunda es la vida política, en la que el individuo busca la felicidad a través de los honores, las grandes hazañas y las riquezas, como si ser feliz dependiera de la aprobación del otro. Y la tercera es la forma más alta de vida -la contemplativa. En esta modalidad, el individuo actúa de forma puramente racional y entiende que la felicidad es un fin en sí misma, es decir, no son necesarias herramientas como el dinero o el poder para alcanzarla.
Existe una leyenda oriental que nos hace reflexionar sobre “dónde se encuentra la felicidad”. Relata que al inicio de los tiempos se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza. Uno de ellos planteó que si les creaban idénticos a ellos, entonces resultarían ser dioses y no hombres. Para que esto no sucediera decidieron quitarles algo. Después de mucho pensar, uno de ellos dijo: “Ya sé, vamos a quitarles la felicidad”. “El único problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren jamás”.
Uno propuso: “Vamos a esconderla en la cima de la montaña más alta del mundo”; otro propuso esconderla en los más profundo del mar”. Otro pensó: “Vamos a esconderla en otro planeta”. El último de ellos era un Dios que había permanecido en silencio y dijo: “Creo saber dónde esconderla para que realmente nunca la encuentren. La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera que nunca la encontrarán”.
Y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad por todas partes sin saber que la lleva dentro.
Tan importante se considera la felicidad que la ONU decretó que el 20 de marzo se celebrase el Día Internacional de la Felicidad a modo de reconocimiento de la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos.
La ONU mide anualmente el Índice de felicidad en 157 países, teniendo en cuenta seis factores: niveles de PIB, esperanza de vida, generosidad, apoyo social, libertad y corrupción, que se comparan con los de un país imaginario llamado Dystopia. En Dystopia vivirían las personas menos felices del mundo, de forma que los ciudadanos de cualquier otro país con el que se compare, serán más felices que los de este.
Para 2023, por sexto año consecutivo, Finlandia ha sido nombrada el país más feliz del mundo, y Afganistán el más infeliz en ese año. México ocupa el lugar 36 de los países encuestados.
El camino hacia la felicidad demanda de valores fundamentales, requiere de amabilidad y compasión, especialmente ahora que son tiempos de crisis a causa de conflictos bélicos, pandemias y atentado contra el medio ambiente que está provocando falta de agua y en consecuencia hambrunas.
Concluyo esta entrega citando un pasaje de la Biblia que nos da idea de lo importante que es la felicidad, en Proverbios 15:15 leemos: “Si estás triste, todos los días son malos; si estás feliz, todos los días son de fiesta”. En consecuencia, la felicidad está solo en ti.
Por lo tanto, amable lector, busquemos la felicidad en uno mismo.
Referencia:
Twitter @jarymorgado
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