Democracia: divino tesoro

Saber profundo 

Jorge A. Rodríguez y Morgado 

 

 

 

Mi ideal político es el democrático. Cada uno debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado. 

Albert Einstein 

 

 

El concepto de democracia, a través de sus más de 25 siglos de existencia, ha resistido múltiples transformaciones de acuerdo con el contexto histórico que se vive. Así como se le han adicionado características y cualidades, se le han restado otras tantas. Sin embargo, el concepto nunca ha perdido su esencia¹. 

En los últimos meses hemos vivido un intenso movimiento social que ha tenido como finalidad, según se ha argumentado, la defensa de la democracia. Este sistema político, como vemos, no se encuentra en su mejor momento aquí en América, ya que hay gobiernos que han llegado de forma democrática y en poco tiempo han reformado su Constitución de tal manera que los hace continuar en el poder de forma indefinida. 

La palabra “democracia” tiene sus raíces en el griego demokratía, donde “demos” significa “pueblo” y “kratos” se traduce como “poder” o “gobierno”, es decir, el “gobierno del pueblo”. El Diccionario de la Real Academia Español a la palabra democracia le da, entre otros, los siguientes significados. 1. Sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes. 2. Forma de sociedad que reconoce y respeta como valores esenciales la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.  

Grecia se considera la cuna de la civilización. Entre los siglos VI y IV a. C. las polis griegas (Estados autónomos constituidos por una ciudad y un pequeño territorio) tuvieron una época de esplendor, riqueza económica y desarrollo cultural. Cada polis mantuvo su independencia política y estableció su propio sistema de gobierno. 

El concepto y nombre de democracia se origina en Atenas alrededor del año 508 a. C. Antes de ese año los atenienses eran regidos por gobiernos de las élites (aristocracia), de una sola persona (monarquía), de tiranos (tiranías), que mantuvieron un sistema draconiano (castigo excesivamente severo), oligarquía -el poder político ejercido por un grupo minoritario-, etc. El primer uso de la palabra democracia se cree que aparece en la tragedia de Esquilo Las suplicantes (470 a. C.). 

Después de una revolución y ostracismo (destierro político) del sofista griego Hipías en 510 a. C., los atenienses nombraron al político Clístenes (VI a.C.)  para crear una nueva forma de gobierno en la que se debería permitir la participación del pueblo en las decisiones políticas; este fue el principio de la democracia, por lo cual Clístenes es considerado como el “padre de la democracia ateniense”. 

El gran modelo de democracia de la que se nutren las naciones modernas proviene del legislador Solón (c. 638 – c. 558 a. C.), ateniense de ascendencia noble que fue también poeta lírico y clasificado como uno de los Siete Sabios del mundo antiguo. Nombrado primer arconte de Atenas (magistrado que desempeñaba funciones de gobierno), inició una serie de reformas económicas y constitucionales con la intención de aliviar el conflicto que surgió por las desigualdades que impregnaban a la sociedad ateniense. 

La filosofía de Solón se define con la palabra “Eunomía”, es decir, el buen orden y gobierno. A través de ella les pide a los dirigentes “tratar bien a su pueblo, especialmente en el respeto a los más débiles, y al pueblo, acatar las leyes impuestas”. 

En México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) define a la democracia como un “valor universal cuya base es la voluntad de los pueblos, libremente expresada para determinar su propio sistema político, económico, social y cultural, con participación plena en todos los aspectos de su vida. Igualmente, proporciona el medio natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos”. 

La CNDH considera que la democracia consiste no sólo en elegir, a través del voto, a quienes serán portadores de la voz de la sociedad a cualquier nivel, sino en informarse de manera oportuna de las acciones y decisiones públicas, para así poder tener los fundamentos necesarios para crear un verdadero Estado de Derecho. 

En la actualidad la discusión sobre la democracia no debe girar en torno a su emergencia o a su consolidación, ni a las cualidades que debe o debería tener como sistema de gobierno y como forma de vida, sino más bien se debe enfocar acerca del rumbo que lleva y a dónde puede llegar. 

Por experiencias recientes se llega a la conclusión de que la democracia sólo puede ser posible a través de la participación de la comunidad internacional, los órganos nacionales de gobierno, la sociedad civil y los individuos, ya que sólo estando unidos se puede lograr definir el rumbo que toda la sociedad desea. 

Parafraseando, en uno de sus poemas, al poeta nicaragüense Rubén Diario, máximo representante del modernismo literario en lengua española: Democracia, divino tesoro, / ¡ya te vas para no volver! / Cuando quiero llorar, no lloro / y a veces lloro sin querer… 

La democracia después de varios miles de años de existencia sigue siendo un excelente tema para reflexionar sobre cuáles son las condiciones necesarias en la actualidad para asegurar que ella perviva y se le garantice a la humanidad el máximo posible de libertad individual en condiciones de igualdad. 

¡Hagámoslo! Viva la democracia. 

 

 

 

 

Referencia: 

  1. https://www.ine.mx/wp-content/uploads/2021/02/CM15_baja.pdf 

Ernesto Garzón Valdés. El futuro de la democracia, INE, 2020. 

 

Twitter @jarymorgado 

jarymorgado@yahoo.com.mx 

 

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