Poesía para no expertos

Luis Antonio Godina Herrera 

 

Una de las acepciones que otorga el Diccionario de la Lengua Española a la palabra “diseño” es: “Descripción o bosquejo verbal de algo”.  Por su parte, el mismo texto define a la poesía como “manifestación de la belleza o del sentimiento estético…”; diseño y poesía tienen un aire de familia. 

El verso se siente, se sufre incluso, pero también se diseña. Se mide, se escande. El poeta acude a su formación “técnica” para imaginar, por ejemplo, un soneto. ¿Cómo se diseña un soneto? Parece fácil: son catorce versos endecasílabos, divididos en dos cuartetos y dos tercetos; en los cuartetos el primer verso rima con el cuarto, y el segundo con el tercero, en los tercetos una opción es rimar el primero y el tercer verso de cada uno y el segundo verso de cada terceto. Un esquema de diseño del soneto encontrado en la web es el siguiente: 

 

Estructura del soneto 

1———————a
2———————b
3———————b
4———————a 

1———————a
2———————b
3———————b
4———————a 

1———————c
2———————d
3———————c 

1———————c
2———————d
3———————c 

 

Una muestra de este tipo de soneto lo escribió el inmenso Francisco de Quevedo y Villegas: 

 

Es hielo abrasador, es fuego helado, 

es herida que duele y no se siente, 

es un soñado bien, un mal presente, 

es un breve descanso muy cansado. 

 

Es un descuido que nos da cuidado, 

un cobarde, con nombre de valiente, 

un andar solitario entre la gente, 

un amar solamente ser amado. 

 

Es una libertad encarcelada, 

que dura hasta el postrero paroxismo, 

enfermedad que crece si es curada. 

 

Este es el niño Amor, este es su abismo. 

¡Mirad cuál amistad tendrá con nada 

el que en todo es contrario de sí mismo! 

 

Pocas formas poéticas son ejemplos tan claros del “diseño del poema”. La norma no puede violarse y su estética es muy definida. En Wikipedia encontré al poeta estadounidense Robert Frost, quien nació a finales del siglo XVIII y murió en 1963; en toma de posesión del presidente Kennedy Frost recitó un poema; el mismo Kennedy señaló: “Ha legado a su nación un legado de versos imperecederos del que los estadounidenses siempre encontrarán alegría y comprensión”. Frost escribió un poema titulado precisamente Diseño, mismo que reproduzco a continuación: 

Encontré una araña con hoyuelos, gorda y blanca, 

Sobre una manta blanca, sosteniendo una polilla 

Como un trozo de tela de satén rígido y blanco… 

Personajes variados de muerte y plaga. 

Listo y preparado para empezar la mañana bien. 

Como los ingredientes de un caldo de brujas… 

Una araña campanilla de invierno, una flor como una espuma, 

Y alas muertas transportadas como una cometa de papel. 

 

¿Qué tenía que ver esa flor con ser blanca? 

¿El azul del camino y el inocente remedio que lo cura todo? 

¿Qué llevó a la araña afín a esa altura? 

¿Entonces dirigió la polilla blanca hasta allí en la noche? 

¿Qué otra cosa sino el designio de las tinieblas para horrorizarnos? 

Si el diseño gobernara una cosa tan pequeña. 

El texto citado muestra cómo el verso tiene en sí mismo un “componente verbal”. El verso está diseñado para leerse en voz alta o para sentirse en voz baja. Cuando leamos un poema tengamos presente que está ante nosotros una obra en la que la arquitectura, la ingeniería y la literatura se funden en un todo.  

Agregaría, para finalizar, algo que, según mi padre, decía Alfonso Reyes. Una vez descrito cómo se diseña un poema, Reyes agregaba: después de medir cada verso y armar cada cuarteto y cada terceto, hay que sumar algo, que es el talento, la emoción, el sentimiento. A diferencia de otros derivados del diseño, en la poesía la capacidad de transmitir y vivir una emoción va primero. Atrevámonos a vivir ese momento mágico de atisbar la belleza de la palabra escrita en forma de poesía. 

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