Alegría pasajera, felicidad, yo llevo la nave
EL AROMA DEL ESPÍRITU
Rocío Benavente
“La felicidad es el fin que busca todo ser humano, es decir, el bien es el mayor deseo que guía a todas las acciones humanas”. Aristóteles
Y ¿luego?
¿Qué pasó en este mundo donde…? ¿Cuántas veces pensamos que ser alegre es la felicidad?
Pues no, la alegría es un estado emocional más temporal y ligero. La alegría puede ser el resultado de experiencias momentáneas, construidas con un pensamiento, más emoción, y dará un sentimiento, que es placentero dependiendo del estímulo o situación que se presente, ya que es externo a nosotros y nos produce alegría y generalmente se confunde con felicidad, pero cuando ese estímulo externo se pasa, ¿qué es lo que queda? Eso no es la felicidad, pero se confunde por experiencias momentáneas donde se cree que esas experiencias son la felicidad, y después de que pasa viene la frustración por no volver a experimentar de nuevo de igual forma la experiencia.
“Tarde o temprano te darás cuenta, al igual que yo, de que hay una diferencia entre conocer el camino y andar por el camino”.
Morpheus de Matrix
En “Un curso de Milagros”, libro espiritual que aborda temas metafísicos y de transformación personal, la Lección 101 se titula: “Mis pensamientos son imágenes que yo mismo hago”. En esta lección se explora cómo nuestras percepciones están relacionadas con nuestros pensamientos y cómo podemos cambiar nuestra experiencia al cambiar la forma en que pensamos.
Aquí si cabe mencionar que la construcción de felicidad es el “Ser Feliz”.
Y es que la felicidad suele referirse a una sensación más duradera y profunda de bienestar y satisfacción en la vida que implica una evaluación más general de esta. O sea, la construcción de experiencias que vamos generando y vivimos en consciencia y plenitud estando muy conscientes de que la vida es un sueño o juego donde no escapamos de los resultados. Pero, ¿qué crees? Quien genera la causa, genera la consecuencia.
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