Educación: Poderosa herramienta
EDUCARSE ILUSTRA
Éricka E. Méndez Ortega
“La educación
es el arma más poderosa
que puedes usar
para cambiar al mundo.”
Nelson Mandela
Mucha razón tuvo Mandela al enunciar esa frase, tomando en cuenta que en muchas ocasiones se tiene la solución muy a la mano y no se ve, o no se quiere ver, puesto que implica poner en práctica cambios radicales en el tema de la educación y demás temas que la rodean, y si le agregamos que uno de los elementos para este cambio es la disciplina, entonces la situación se torna más compleja debido a que se tendrían que replantear las directrices desde la educación inicial.
Muchas son las ventajas de formarse en y con educación, y aunque los individuos pueden educarse en su vida adulta, es mucho mejor empezar cuando infantes porque crecerán con esquemas cualitativos que les servirán para atender su vida desde esa perspectiva, normalizando la calidad en todo lo que realicen.
Lo anterior tomando en cuenta que la educación no sólo proporciona conocimientos académicos, sino que también fomenta habilidades críticas, como el pensamiento, la creatividad y la resolución de problemas. Esto ayuda a la persona a desarrollarse plenamente contribuyendo así a un desarrollo que la llevará a la búsqueda de más y mejor educación, lo que le permitirá seguir ampliando su visión de sí misma como un ente educado y cultivado que reafirma estas características en la manera en que se conduce en su actuar diario.
Una persona educada se mira a todas luces, por eso las oportunidades laborales estás más al alcance de quien posee una buena educación, pues así se suelen abrir puertas al ámbito económicamente productivo. Las personas con mayores niveles educativos tienden a tener acceso a empleos más estables y mejor remunerados. Como docentes, cuando nos encontramos a los que fueron alumnos de las instituciones donde laboramos, es grato escuchar que siguen preparándose profesionalmente; por desgracia hay casos, que son los más, donde los jóvenes no pueden acceder a otro nivel económico pues no tienen la preparación deseada por la empresa que los emplea, por lo tanto, nunca tendrán a un mejor estatus laboral.
Si tomamos en cuenta que esto sucede con un gran porcentaje de jóvenes que se encuentra inmersos dentro de una sociedad, entonces podemos comprobar que la educación es fundamental para el desarrollo social y económico y que dará como resultado sociedades más equitativas y prósperas. Un país con una población educada puede innovar más y ser más competitivo en el ámbito global. Pero si la gran mayoría de jóvenes en edad escolar desertan en cantidades estratosféricas, como la reciente de casi cuatrocientos mil estudiantes que cursaban el bachillerato y por diversas razones desertaron, entonces esta condición no se cumple y en lugar de tener un país desarrollado económicamente, seguiremos teniendo personas subempleadas o desempleadas.
Sin embargo, la educación puede ser una herramienta poderosa para reducir las desigualdades sociales y económicas, ya que brinda a todos, independientemente de su origen, la posibilidad de mejorar su situación. Desafortunadamente no podemos soslayar que las condiciones de las comunidades indígenas y de las grandes ciudades en cuanto a infraestructura, no son las mismas, lo que contribuye a que el despegue hacia la mejora educativa sea complicado, aunque no imposible.
Por todo lo anteriormente mencionado, podemos concluir que se deben redoblar esfuerzos en cuanto a educación. En estos nuevos tiempos, existe la gran oportunidad de formar ciudadanos educados que, sin duda, lograrán la reivindicación de una vida saludable en todos los ámbitos sociales y económicos, puesto que una sociedad educada es una sociedad libre de mediocridad que siempre mirará hacia adelante para proveerse de calidad y reconocimiento. Condiciones que repercutirán en la satisfacción de pertenecer a un país bien educado.
Contacto: eryelmeor@gmail.com
Leave us a reply