Educación y cultura: claves del éxito para una vida feliz
Sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura.
-Miguel de Unamuno
En esta época, en la que la sociedad se ha materializado, los valores han quedado relegados y la convivencia con nuestros semejantes es prácticamente nula, es importante concluir que la única forma de salvar la relación y la sana convivencia con nuestros semejantes y el medio ambiente es a través de la educación y el conocimiento profundo de nuestra cultura, ya que éstos son los valores que nos unen e identifican y nos hacen sentirnos felices.
Aristóteles, uno de los más importantes filósofos griegos, en su libro Ética a Nicómaco (349 a.C.), abordó qué es la felicidad y cómo alcanzarla, ya que es una actividad de acuerdo con la razón, y consideraba que es el fin que busca todo ser humano, es el bien mayor que guía a todas las acciones humanas.
Pero el ser humano se ha hecho esclavo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Antes lo que le impedía al hombre el ser libre era una cadena; ahora, con la modernidad, esa cadena se ha transformado en un teléfono móvil, una Tablet o el IPad, lo que ha provocado matar la creatividad y la imaginación y mantenernos esclavizados a las redes sociales.
En un mundo cada vez más conectado y con exceso de información, mucha de ella poco confiable, se requiere poner atención en la educación, sobre todo la dirigida a la sociedad, especialmente a los niños y adolescentes.
Se debe hacer énfasis en educar con esos valores universales, con esas actitudes y habilidades que nos den la posibilidad de poder solucionar los conflictos del día a día con nuestros semejantes y el entorno, es decir, adquirir cultura, ya que es lo que le da vida al ser humano.
El significado de cultura ha evolucionado con el tiempo. En el siglo XIII se atribuía al cuidado de los campos o animales; en el siglo XVI, al cultivo de la tierra; en el XVIII se asocia a la idea de progreso y evolución; en el siglo XIX comienza a hablarse de pueblos con los mismos orígenes étnicos y raciales, como también de cultura humana.
En 1891 aparece la primera definición de cultura¹: “es un todo complejo que comprende el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y las otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre, en tanto miembro de la sociedad”. En este enunciado se aprecia que: 1º La cultura es adquirida (no se hereda biológicamente); 2º Es universalista (vida social); y 3º Es inconsciente (se da naturalmente).
En el uso cotidiano, la palabra cultura se emplea para dos conceptos diferentes: a) Excelencia en el gusto por las bellas artes y las humanidades; y b) Los conjuntos de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social, incluidos los medios materiales que usan sus miembros para comunicarse entre sí y resolver necesidades de todo tipo².
La cultura es un concepto abstracto que abarca una gran variedad de aspectos, desde la lengua hasta la religión, pasando por la arquitectura y las bellas artes. Además, las culturas evolucionan y cambian a lo largo del tiempo, lo que hace aún más difícil saber cuántas hay en el mundo. No existe una cultura única, cada una de ellas es única y específica.
Con respecto a la educación, ésta tiene su origen en las comunidades primitivas, y se produce cuando el ser humano pasa del nomadismo al sedentarismo. Es en este momento cuando comienza la transmisión de saberes entre los integrantes de una misma comunidad y surgen las primeras ideas educativas.
La educación ha pasado por diversas etapas. Egipto fue la sede de los primeros conocimientos científicos: escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura. El objetivo griego era alcanzar la perfección con la enseñanza de disciplinas como la música, estética, poesía, literatura, gimnasia, filosofía y religión, así como en la conservación de las tradiciones de los pueblos.
Posteriormente, la educación se basó en el auge del pensamiento, que tenía como función reconciliar la creencia y la razón, la religión y la ciencia. En este período la educación se opone a la severidad de la disciplina eclesiástica, situándose ya un pensamiento formativo.
En consecuencia, “educar” se refiere a desarrollar las facultades intelectuales y morales del ser humano, perfeccionando los sentidos; y “cultura”, al conjunto de conocimientos que permiten a alguien desarrollar su juicio crítico, así como el conjunto de modos de vida y costumbres, grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.
En virtud de que educación y cultura son actividades mentales (pensar, hablar, actuar) y que éstas son funciones de la manifestación interna y externa del alma, es ahí a donde se debe dirigir la enseñanza.
Sería muy útil, amable lector, que los líderes de opinión y gobernantes conozcan y valoren tanto la educación, como la cultura y las artes, y las hagan extensivas de manera adecuada a la población; eso daría como resultado una sociedad feliz, empática, justa y dispuesta a los cambios que aceleradamente nos trae la modernización, sin perder su origen.
Referencias:
Jorge A. Rodríguez y Morgado
Twitter @jarymorgado
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