El arte de tejer memorias

TEATRO 

Rodolfo Meléndez Sánchez 

En el panorama del teatro contemporáneo mexicano, Verónica Musalem destaca como una figura esencial. Dramaturga, guionista, docente y directora, Musalem ha dedicado más de tres décadas a explorar y representar la complejidad del imaginario colectivo, combinando tradición y modernidad. Sus obras son la voz de la memoria ancestral y las realidades urbanas. Creando estambres de fantasía y cotidianidad. 

Comenzó su carrera como actriz a los 18 años, pero una crisis vocacional la llevó a descubrir su vocación: la dramaturgia. Fue en un diplomado con Pablo Mandoki en 1993 donde escribió su primer texto teatral, Signos vitales. De ahí le seguirían más talleres con grandes maestros como Hugo Argüelles y Juan Tovar. 

Sin embargo, fue su encuentro con el dramaturgo español, José Sanchis Sinisterra, en 1996, lo que le dio su visión creativa. Creando su poética teatral, caracterizada por una constante dualidad entre la tradición oral y la vida moderna. En sus textos, Musalem rescata las voces de los abuelos, los mitos oaxaqueños y las leyendas familiares.  

A lo largo de su carrera, Musalem ha seguido perfeccionando su arte mediante estudios con figuras internacionales como el director francés Adel Hakim y la prestigiosa compañía británica Royal Court.  

Su obra Nueva York versus El zapotito  fusiona lo ancestral con lo moderno. En este texto, la voz de “La Madre” representa a todas las mujeres y generaciones que han habitado la memoria colectiva. La pieza se despliega como un eco de cantos y lamentos que atraviesan ríos, montes y mares, una mezcla de alegría y dolor que imprime en ella todos los desencantos de la mujer moderna. La presencia de nahuales, brujas y sanadoras enriquece su narrativa y conecta con las raíces culturales mexicanas. 

Además de escribir, Musalem ha producido cerca del 80% de sus obras. Para ella, escribir es un acto de fe, una manera de enfrentar los abismos y buscar respuestas en el proceso creativo. 

Con más de 30 años de trayectoria, Verónica Musalem se ha convertido en referente. Su capacidad para entrelazar el pasado y el presente, lo real y lo fantástico, asegura que sus historias continúen resonando en el corazón de quienes tejen la memoria, con estambres de mitos y tradición.