El arte democrático… la música
Música
Sergio Rizzo
La democracia, en el sentido estricto de la palabra, es un gobierno elegido por el pueblo y para el pueblo. Pero… vamos a ver:
A lo largo de la historia pareciera que, al estar dirigiendo al pueblo, los ideales de quienes están al mando se pierden y se transforman en un “vénganos tu reino”, olvidando precisamente esos ideales.
¿Y la música qué pinta en todo esto?
Considero, queridos (as), lectores (as), que la música siempre ha sido y será un vehículo para intentar que el público tome conciencia de lo que sucede a su alrededor y esté de acuerdo o proteste ante las acciones de quienes llevan la batuta en cualquier país.
Cuando se cuentan historias en la música, tal y como lo hacían los trovadores y juglares en la edad media, la gente puede tener una idea de cómo va la cosa.
Recordemos que el corrido mexicano fue utilizado como forma de correo para transmitir noticias, por ejemplo, el corrido “Las mañanas de Hidalgo”, que, según una investigación del INAH, data de 1811 y narra el paso del cura Hidalgo por tierras zacatecanas.
En tiempos modernos, uno de los exponentes y gran investigador de esta música fue sin lugar a duda el compositor mexicano Óscar Chávez. Siempre con su pensamiento crítico y ácido.
Es considerado uno de los principales promotores de lo que se llamó en nuestro país el canto nuevo y fue nombrado patrimonio cultural vivo de la ciudad de México en el año 2019.
En su vasta discografía figuran cinco álbumes llamados “parodias políticas” que reflejan el momento social y por supuesto político de nuestro país. Vale mucho la pena escucharlos.
No sólo en México, sino que, en toda América Latina, se desarrolló este movimiento de la “Canción de Protesta” y “Canto Nuevo”, sobre todo en las décadas de 1960 y 1970.
Compositores como Víctor Jara y Violeta Parra, en Chile, León Gieco, Charlie García y Fito Páez, en Argentina, Carlos Mejía Godoy y Los de Palacagüina, en Nicaragua, por supuesto Bob Dylan, en Estados Unidos, Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel San José y Miguel Ríos, en España, fueron algunos de los muchísimos compositores e intérpretes que hablaban del descontento social de esos años alrededor del mundo.
Lo interesante es que, aunque pasen los años, se seguirán escribiendo canciones que hablen del acontecer social, político y cultural de lo que nos rodea; y que la música, al tener el público la libertad de elegir, es y será… “el Arte Democrático”.
Nos leemos la próxima y les dejo el acostumbrado link con el poema de Miguel Hernández “Para la libertad”, musicalizado e interpretado por Joan Manuel Serrat.
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