El Planeta de los Simios, de Pierre Boulle

Miguel Campos Ramos 

 

 

En el número 8 de Sibarita La revista (junio de 2022) recomendé la novela La máquina del tiempo, de H. G. Wells. Hoy toca el turno a El planeta de los simios, del escritor francés Pierre Boulle (1912-1994); se trata de otra gran y famosa novela sobre el tiempo, de la cual se han hecho infinidad de adaptaciones al cine y la televisión. 

Hay muchas novelas y cuentos que tocan el tema del tiempo.  

Por mencionar una, El hombre bicentenario, de Isaac Asimov, que si bien es acerca de un robot que de repente adquiere consciencia y acaba convertido en humano, alude también al paso del tiempo, al mostrar cómo mientras él dura 200 años, los integrantes de la familia a la que pertenecía van envejeciendo y muriendo. 

En el caso de El planeta de los simios, la historia gira en torno a un grupo de astronautas que van a una misión espacial, y por algún accidente cósmico la nave es impelida a otra dimensión, y va a caer en un extraño planeta habitado por simios. 

La magia de la novela es que en realidad se trata de la propia Tierra, sólo que dentro de cientos de años. 

¿Qué fue lo que ocurrió? 

Que los humanos tenían chimpancés en sus casas, a los cuales entrenaron, y dada la elevada inteligencia de estos, acabaron empleándolos como trabajadores domésticos. Los chimpancés hacían prácticamente todo el trabajo, mientras los humanos se dedicaban a descansar y se volvían indolentes e inútiles. 

Un día los chimpancés despiertan y se dan cuenta de que pueden prescindir de los humanos. Evolucionan, se vuelven inteligentes y se quedan en las viviendas, mientras echan a los humanos a las calles y al campo, donde involucionan y se vuelven salvajes. Así empieza todo.  

Al menos esa es la explicación que uno de los astronautas sobrevivientes halla, gracias a grabaciones en las cuales quedó plasmado que los humanos estudiaban y entrenaban a los chimpancés tratando de elevar su inteligencia. 

Pero aún hay más magia. Ese astronauta logra salir de tal planeta al espacio, junto con la familia que formó al lado de una “humana-salvaje”, pensando que huye para ir de regreso a la Tierra. Pero cuando aterriza, vuelve a hacerlo en la Tierra, donde en una especie de aeródromo espacial lo reciben ¡no humanos, sino simios! 

Debo aclarar que ese descenso ocurre en la ciudad de París, no en Nueva York, como nos han mostrado las películas de Hollywood. No sin razón, pues Pierre Boulle es francés. 

En fin. El caso es que antes de permitir que los simios los atrapen, el astronauta y su familia vuelven a elevarse hacia el espacio, siempre huyendo.  

Es entonces cuando, mientras se desplazan por el cosmos, escribe todo lo que vivió en ese planeta, y arroja el manuscrito dentro de una botella, a la manera de los náufragos del mar, mientras prosigue su viaje en busca de una “verdadera” civilización humana. 

 La magia final es que dos chimpancés científicos que andan de veraneo en una nave espacial movida con vela solar descubren algo brillante y lo recogen. Es la botella. Extraen el manuscrito, que no es otra cosa que el texto de toda la novela, y lo leen. Me reservo el final, para que los lectores lo descubran.  

El planeta de los simios es una obra altamente disfrutable que, además de tocar el tema del tiempo, cuestiona el trato que los seres humanos damos a los animales, aparentemente seres irracionales. 

 

 

 

 camposramos@outlook.es 

@miguelcampos r15 

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