“La isla misteriosa”, de Verne

Miguel Campos Ramos 

 

 

Si de algo hizo apología el escritor francés Julio Verne en sus novelas, fue del conocimiento. Sí. Los protagonistas de sus obras son ingenieros, inventores, médicos, o bien dueños de una vasta cultura general, lo cual los dota de una gran capacidad para resolver problemas. 

En Veinte mil leguas de viaje submarino el capitán Nemo es un conocedor de diversas disciplinas. En Cinco semanas en globo el doctor Ferguson es una eminencia en varios temas. Y en la novela a la que me referiré en este número, La isla misteriosa, el protagonista y líder de un grupo de náufragos es un ingeniero de nombre Cyrus Smith 

Dicho ingeniero cae al mar junto con otros cuatro fugitivos de la Guerra Civil norteamericana y se pierde entre las olas durante el desplome del globo en el cual iban huyendo. 

Los cuatro náufragos, al verse sin él, se sienten perdidos en aquella isla desconocida, seguros de que morirán, pues no saben ni siquiera hacer un fuego. 

Ah, pero cuando hallan al ingeniero Cyrus, el alma les vuelve al cuerpo, pues ello les da certeza de que sus problemas serán resueltos por las destrezas y conocimiento de aquel 

En efecto, este pronto les muestra que pueden estar tranquilos, pues les enseña a hacer un fuego sin necesidad de cerillos ni de pedernal que frotar. Asimismo, crea ingeniosos mecanismos para producir vasijas, herramientas y armas, echando a andar unas improvisadas pero efectivas industrias alfarera y metalúrgica. A la vez, les da cátedra de geografía al deducir, sin instrumentos ópticos adecuados, dónde está esa isla, de la que antes que él les informara algo, no sabían si siquiera si era isla o parte de un continente. 

En fin, el gran escritor francés Julio Verne, considerado el padre de la ciencia ficción, fue él mismo un estudioso, perteneciente a diversas sociedades, entre ellas la Geográfica de Francia, y un gran divulgador del conocimiento y por ende de la ciencia. 

Todos sus libros están impregnados de ese espíritu, por lo cual son obras ideales para leerse en la adolescencia, e incluso en la niñez, y ya no se diga en la juventud. Su lectura podría despertar vocaciones de distinta índole, incluso de aventurero. 

Su primera gran novela fue Cinco semanas en globo. Años después escribió Veinte mil leguas de viaje submarino, novela en la cual hace alarde de grandes conocimientos marinos y presenta al capitán Nemo y a su famoso submarino Nautilus. En esta novela, al final, no vuelve a saberse del capitán, y queda en suspenso si murió o sobrevivió a una tormenta… Ah, pero he aquí que en La isla misteriosa se resuelve el enigma de su desaparición. 

Empeñado en promover las grandes obras de la literatura, mi propuesta para este noviembre es leer La isla misteriosa, novela que en su nombre lo dice todo, pues está llena de misterios y puede ser la puerta de entrada al mundo del gran Julio Verne. 

Y qué mejor manera de leerla que acompañados de una humeante taza de café.  

¿Verdad que se antoja? 

  

 

Twitter: @miguelcampos r15 

camposramos@outlook.es 

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