Las familias
“Aquí estás, mi hijita, mi
collar de piedras finas, mi
plumaje de quetzal, mi hechura
humana, la nacida de mí. Tú eres
mi sangre, mi color, en ti está mi
imagen. Como si fueras una
yerbita, una plantita, así brotaste.
Mira, escucha bien: para que en
la tierra no seas vana, no andes
sin rumbo. ¿Cómo vivirás?
¿Cómo seguirás aquí por poco
tiempo? Por un lugar difícil
caminamos. Por una parte, un
abismo, por la otra un barranco.
Si no vas por en medio, caerás de
un lado o del otro. Sólo en el
medio se vive, sólo en el medio se
anda. Acércate al señor nuestro,
el dueño del cerca y del junto.”
(Los antiguos mexicanos, León-
Portilla, Códice florentino)
Estas hermosas y humildes palabras que le expresa un padre a su pequeña hija respecto a los valores que deberá observar a lo largo de su vida reflejan, sin duda, uno de los preceptos que en las familias mexicas era primordial. Si bien los hijos crecían en un ambiente de estricta exigencia, también eran arropados con inmenso amor: sabiduría a los rostros y firmeza a los corazones.
En los tiempos actuales ya es difícil encontrar este tipo de discursos al interior de las familias mexicanas; sin embargo, la directriz es similar. No podemos soslayar la dificultad que ahora enfrentan las madres y padres respecto a la formación y educación de sus hijos, pues teniendo como nana a las redes sociales, la atención se centra en un debate interminable por defender, unos, y prohibir, otros, tales paradigmas sociales.
Sin embargo, las familias siempre dictarán las bases de las sociedades y procurarán el respeto, la armonía, el amor, la fraternidad, entre otros valores, al interior de su núcleo social. Tipos de familias existen, cada una con sus propias características; y son incontables, afortunadamente. A lo largo de la historia gráfica y televisiva ha habido grandes personajes que nos han mostrado de manera muy peculiar estos rasgos.
Quién no recuerda aquella familia creada por Charles Addams en 1964, que con su humor negro nos hizo reír tanto y disfrutar, en familia, cuando todavía se podía, a la inolvidable Familia Addams o Los locos Addams, producción televisiva que compartió grandes éxitos con su homóloga familia creada por Allan Burns La familia Monster. Estas magníficas parodias norteamericanas nos mostraron que, a pesar de ser diferentes, la unión y el amor entre sus integrantes los hacía pertenecer a una familia muy peculiar, única y extraordinaria que salía avante ante las circunstancias sociales de los que eran “normales”.
Y qué decir de las familias más famosas que ha dado Latinoamérica, empezando por la maravillosa obra de Gabriel Vargas Bernal, aquel caricaturista mexicano que en 1948 le da vida a La familia Burrón y que junto con Don Regino y Borola nos hicieron disfrutar de tantas aventuras puntualmente ambientadas en la época. Debemos mencionar también a ese pequeño niño, travieso, vivaz, pingo, que amaba a su ma’linda, creado por Yolanda Vargas Dulché: Memín Pinguín, que desde la década de los 40 nos ha provocado diferentes sentimientos por las tantas vicisitudes que el protagonista debe enfrentar ante una sociedad inquisidora.
Mención especial merece la gran Mafalda de Joaquín Lavado (Quino), ícono de la historieta, que también le da a la familia un lugar primordial en aquella sociedad argentina que no dista mucho de las antes referidas, todas ellas de clase media sorteando en el día a día las situaciones que esta condición socio-económica implica, pero finalmente felices, unidas y amorosas.
Pero los tiempos cambian, las generaciones evolucionan y los conceptos de familia también. Tal es el caso de la famosa serie de Netflix The Umbrella Academy (2007), la historia de una familia disfuncional, con poderes, que busca detener el fin del mundo…
En fin. Saludos a la gran familia de lectores de Sibarita, otra extraordinaria familia.
Éricka E. Méndez Ortega
eryelmeor@gmail.com
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