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Libros, autores y lectores: “Macario”

Autor: B. Traven  

Macario es una novelita deliciosa, y digo “novelita” no en sentido despectivo, sino sólo por su extensión, de apenas unas cincuenta cuartillas. Porque en cuanto a su calidad, es sin duda una de las grandes pequeñas novelas cortas mexicanas (del nivel de Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco, o La casa que arde de noche, de Ricardo Garibay, entre otras). 

Su trama es de sobra conocida gracias a la película del mismo nombre “Macario”. Es la historia de un pobre leñador padre de 11 hijos y de su abnegada esposa, tan flaca que parece siempre enferma. 

Pero pese a su pobreza, Macario tiene una ilusión: comerse él solo un pavo entero, pues todos los días no come otra cosa que frijoles, chile, tortillas y té limón, situación empeorada porque come tras llegar molido del acarreo de leña y ante la mirada hambrienta de sus hijos, quienes lo ven con envidia y ansiedad esperando que les deje algo. 

Los dos reales que gana por carga de leña no le alcanzan para tal lujo, ni siquiera porque algunos días especiales, dada la demanda de su producto, le pagan hasta tres reales. 

Un día su esposa, gracias a que ahorra, le prepara su anhelado pavo, y él se lo va a comer a lo más intrincado del bosque. 

Pero apenas le va a hincar el diente (eso sí, luego de lavarse las manos en el arroyo cercano), se le aparece un sujeto con aspecto de charro de gran nivel económico, que no es otro que el demonio. Le pide que le convide, pero Macario se niega, argumentándole que es un tramposo pues con su riqueza podría comprarse su propio pavo. El charro se va molesto. 

Luego llega un peregrino que no es otro que Dios, y Macario también se niega a convidarle, bajo la excusa de que siendo Dios puede comer todo lo que quiera. 

Finalmente llega un sujeto desmedrado y enjuto que no es otro que la Muerte, y a él sí le convida, nada más y nada menos que la mitad del pavo. 

Agradecida, la Muerte le concede un don: volverlo médico, gracias al uso de un agua milagrosa que Ella extrae de un chisguete que hace brotar de la tierra, y con la cual llena el guaje de Macario. Le explica a éste que con una sola gota de esa agua podrá curar cualquier enfermedad; eso sí, cuando se acabe el agua de su guaje, ya no podrá curar a nadie. 

Y también le hace una advertencia: cuando lo llamen para curar a alguien, Ella estará junto a la cama del enfermo, y sólo él la verá. Si la ve al pie de la cama, el enfermo se salvará; pero si está en su cabecera, morirá. 

Lo interesante de esta novela es que B. Traven (1882-1969), escritor alemán cuyo verdadero nombre fue un enigma, y quien escribió con varios seudónimos, le dio un toque netamente mexicano, usando términos coloquiales de uso campesino. 

Algo sin embargo que no agrada a los amantes de los libros, es que en realidad se trata de una adaptación libre de un magistral cuento escrito unos cien años antes por los hermanos Grimm, también alemanes, titulado “La muerte madrina”, y en las ediciones de B. Traven no se especifica ese detalle. 

Cabe aclarar que hay algunas diferencias entre ambas historias, aunque su eje narrativo es idéntico, pues al protagonista de los Grimm, igual que al de B. Traven,  se le aparecen en el mismo orden el Diablo, Dios y la Muerte.  

Tales diferencias son: 

1) En el Macario de B. Traven la historia se ajusta de modo extraordinariamente pintoresco a la idiosincrasia de un campesino mexicano, pobre pero dicharachero, y en el de los Grimm se trata de un campesino alemán muy pobre pero muy serio. 

2) En el de B. Traven los susodichos se le aparecen para pedirle que les convide de su pavo, y en el de los Grimm se le aparecen para buscar que el campesino los elija para apadrinar a su hijo número 13. 

3) Macario tiene 11 hijos, y el campesino alemán 12, y por eso cuando llega el número13 sale a buscar un padrino poderoso que lo ayude a mantenerlo. 

4) El Macario de B. Traven cura con un agua milagrosa; el campesino de los Grimm, con una yerba. 

Nuestra recomendación a los lectores es que lean ambos textos, porque ambos son una delicia, además muy apropiados en estos días en los cuales en México honramos a nuestros difuntos. Dichas obras enseñan mucho acerca de la naturaleza de la Muerte. 

Miguel Campos Ramos 

Twitter: @miguelcamposr13

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