Mitología griega e idioma

MINUCIAS DEL IDIOMA 

Miguel Campos Ramos 

 

El idioma español es heredero básicamente de los idiomas griego y latín. Cuando se buscan las raíces de nuestras palabras, hay que hurgar en las etimologías de dichas lenguas. Por supuesto, en un menor porcentaje en otras, sobre todo el árabe. 

Del griego, aparte de muchas raíces, heredamos expresiones tomadas de sus mitos; en este número de Sibarita la Revista quiero referirme a algunas de ellos. 

La manzana de la discordia. Esta frase hoy se refiere a un objeto o acto que provoca desavenencia entre las personas. Su origen tiene que ver con una especie de concurso de belleza en el cual tres diosas, Hera, Atenea y Afrodita, quieren saber quién es la más bella. Para ello, buscan a un hombre (no un dios) a modo de juez. Y eligen a Paris, hijo del rey de Troya. Se reúnen con él y le dicen que como premio de su decisión recibirá una manzana de oro. En privado, Paris de reúne con cada una. Hera le ofrece poder, pues es la esposa de Zeus, a cambio de favorecerla. Atenea le ofrece sabiduría. Pero Afrodita, más viva, simplemente le ofrece a la mujer (de carne y hueso, no diosa) més bella de ese entonces: Helena. Paris vota por ella, y al entregarle la manzana, las tres diosas se pelean porque no les gusta la decisión. La manzana se convierte así en la manzana de la discordia entre las tres diosas. 

Talón de Aquiles. Alude a la vulnerabilidad de una persona. Todos tenemos un talón de Aquiles. El origen es que la diosa Tetis, madre de Aquiles, al nacer éste,  para hacerlo invulnerable a los ataques lo introduce en la laguna Estigia, cuyas aguas lo protegerán. Pero lo sostiene por el talón, que es lo únco que no se moja. Como consecuencia, en la guerra de Troya Paris le da un flechazo justo en ese talón, y así Aquiles es muerto. 

Grito estentóreo o voz estentórea. Alude a un grito o voz tan intensos que se oyen muy lejos. Su origen es el nombre de un heraldo griego que durante la guerra de Troya se encarga de llevar partes oficiales a los soldados. Su voz, dice Homero en La odisea, era tan potente como la suma de las voces de cincuenta hombres. 

Méntor. Con este nombre hoy se alude a una maestro o trabajador docente, “mentor”, cuyo plural es “mentores”. Su origen es el nombre del guía del hijo de Ulises, Telémaco, que se llamaba así, Méntor. 

¿Qué tal? Vale la pena por eso leer literatura griega, pues ahí hallaremos antecedentes de nuestra lengua.  

 

 

      

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