Museo del Teatro Romano de Cartagena
MUSEOS
Eduardo Pineda
Durante el imperio romano, varias ciudades que conocemos como propias de naciones por toda Europa, el norte de África e incluso zonas de Medio Oriente, tuvieron influencia de su esplendor cultural. Una de las provincias romanas más importantes fue Hispania, hoy España. Ahí se encuentra la ciudad de Cartagena, localizada en la región de Murcia.
A finales de la década de los 90 del siglo pasado, por mera coincidencia se descubrieron basamentos y vestigios arqueológicos de un teatro de la época imperial de Roma, lo llamaron, desde ese momento “Teatro Romano de Cartagena” y se corroboró la importancia artística de la ciudad mediterránea sumándose al anfiteatro, que años atrás se había desvelado en los recovecos de esta región de española.
Antes del año 1998 no se tenía noticias ni pistas de la existencia de este gran espacio escénico donde seguramente se vivieron las más emblemáticas obras de teatro para el público selecto de las provincias romanas. Tal vez, esta inadvertencia se debió a que la ciudad de Cartagena ha mantenido por siglos una constante actividad antrópica y los trabajos de construcción y modernización en cada época que edificaron, por ejemplo, la Catedral, el Palacio Consistorial o el castillo de la Concepción, impidieron su descubrimiento.
En la actualidad ya contamos con información cada vez más completa acerca de este recinto. El teatro fue encargo directo del emperador Augusto dentro de su política de romanización, y en su construcción se emplearon materiales y técnicas locales junto a elementos decorativos importados de talleres imperiales y realizados en mármoles de altísima belleza procedentes de Carrara o Grecia.
Desde hace 11 años, la Fundación del Teatro Romano de Cartagena ejecutó el proyecto de recuperación del teatro romano y, una vez acabada la restauración, continuaron la gestión y mantenimiento del museo y del propio teatro.
Es indudable que las artes que se desarrollan sobre un escenario son intrínsecas a nuestra especie, no se puede entender la historia de la humanidad sin el arte como acompañante de todos los procesos sociales, incluso las guerras. Como he dicho en otros textos: somos la especie que siente, que imagina y anhela, muchas veces, una realidad que no forzosamente es la que habitamos; por ello construimos mundos paralelos, materializamos la imaginación y compartimos los constructos de la mente a través del oficio que el arte implica.
El Museo del Teatro Romano de Cartagena es una muestra representativa de la expansión de la cultura por todo el imperio que por siglos gobernó a la mitad del planeta. Deja cuenta también de que además de una expansión militar, Roma llevó a cabo una expansión de sus costumbres, su cultura y sus formas de expresión que trascendieron el tiempo y hoy por hoy están presentes en todo el orbe.
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