Museo, un lugar de contacto con la divinidad

SABER PROFUNDO

Jorge A. Rodríguez y Morgado

“Un museo es un lugar espiritual. Las personas bajan la voz cuando se acercan al arte”

Mario Botta

El “International Council of Museums” -ICOM-, “Consejo Internacional de Museos”, en su reunión celebrada en Praga el 24 de agosto de 2022, aprobó con un 92.41% la nueva definición de museo: “Un museo es una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de las comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos”.

La nueva definición del ICOM sobre “Museo” en mucho difiere con el nombre original asignado desde la antigüedad, en diferentes culturas, a este tipo de espacios. De la etimología se obtiene que la palabra “Museo” proviene del latín “Musēum” y este del griego antiguo “Mouseion”, que significa “lugar o templo dedicado a las Musas”, 9 divinidades griegas asociadas con las artes, la música y la inspiración -Clío: historia; Euterpe: música; Talía: comedia; Melpómene: tragedia; Terpsícore: danza y canto; Erato: poesía amorosa; Polimnia: poesía lírica; Urania: astronomía; y Calíope: poesía épica y la retórica.

La afirmación propuesta en esta entrega de que “Un Museo es un lugar de contacto con la divinidad” es una frase en la que reflejo la sensación de respeto y admiración que el arte puede generar en las personas, ya que todo lo que se exhibe proviene de lo más profundo del alma del artista. La expresión sugiere que los museos, con sus colecciones de arte, no son simplemente lugares de exhibición, sino espacios donde el arte tiene una función espiritual, ya que invitan a la reflexión y a la contemplación, procesos mentales que nos acercan con la divinidad a través del alma.

Los museos ofrecen una oportunidad para aprender sobre el pasado, comprender diferentes culturas y reflexionar sobre el significado de la vida, debido a que son entornos relajantes y atractivos.

En un museo se destaca la trascendencia del arte y su capacidad para generar emociones, sentimientos y experiencias profundas que sólo el alma puede procesar, generando un silencio respetuoso, provocando en el visitante, al estar frente a una obra de arte, la sensación de encontrarse en un lugar sagrado, lo cual invita a la meditación, al recogimiento e interiorización del Ser. 

Al estar en un museo surge una grata experiencia que va más allá de la mera contemplación visual; incluye la reflexión, el respeto y la admiración por el poder del arte, ya que éste es “la expresión creativa de una idea o emoción, a través de la utilización de recursos plásticos, visuales, sonoros, o literarios, con el objetivo de producir una estimulación estética o intelectual en el espectador”.

El visitar un museo da la sensación de que el tiempo se detiene y el alma del artista se hace presente a través de su obra; se pueden sentir la presencia y la energía del artista que la creó. Aquí es donde se descubre cómo el arte puede transportarnos a otro tiempo y otro espacio y hacernos sentir que las obras de arte transmiten la esencia y el alma del creador y parecen cobrar vida al ser contempladas.

La experiencia de ingresar a un museo puede evocar una sensación espiritual, ya que estos espacios son lugares de aprendizaje, reflexión y conexión con la historia y el arte. Esta impresión puede manifestarse como una sensación de introspección, asombro, curiosidad o conexión con algo.

El entorno de un museo, con su arquitectura, exposiciones y objetos de arte, puede generar una sensación de asombro y curiosidad, invitando a los visitantes a explorar y descubrir. Los museos juegan un papel importante en la educación y en el desarrollo personal, ya que ofrecen oportunidades para aprender, experimentar y estimular la creatividad.

El visitar un museo puede ser una excelente oportunidad para reflexionar sobre uno mismo, sus valores y su lugar en el mundo. Algunos visitantes pueden experimentar una sensación de conexión emocional y espiritual con una pintura, escultura u otro objeto de arte, sintiendo que la obra les “habla” directamente provocando un vínculo con algo más grande que uno, como una fuerza espiritual o una energía universal.

La luz, el sonido, la disposición de los objetos y el espacio físico pueden crear una atmósfera que amplifica las emociones; la experiencia de visitar un museo es subjetiva y personal, pero suele ser una experiencia enriquecedora que puede generar una variedad de sentimientos positivos.

Un estudio¹ publicado en el Journal of Positive Psychology explica que “el consumir arte en un museo puede ayudar a reducir el estrés, combatir la soledad y hacer que la vida sea más significativa”.

Es por ello, amable lector, que la visita a un museo debe ser una experiencia enriquecedora que genere una variedad de emociones, desde el asombro y la curiosidad hasta la reflexión, ya que la conexión con el pasado, la cultura y la creatividad humana, fortalecen nuestro Ser.

Referencia: