Música y gastronomía mexicanas

GASTRONOMÍA 

Daniel Parra 

 

 

Música y gastronomía mexicanas 

La música y la gastronomía son dos formas de arte que comparten una profunda capacidad para expresar la cultura y la identidad de un pueblo. En México ambas son celebradas con pasión y han evolucionado a lo largo del tiempo, integrando influencias diversas y adaptándose a nuevas tendencias, sin perder su esencia. En esta ocasión trataré de utilizar metáforas musicales para describir los sabores y texturas de los platillos mexicanos, avisando de antemano al lector que la música sólo la disfruto y que mi conocimiento de ella es muy limitado; dicho lo anterior, tomaré el riesgo. 

 

La Música y la Gastronomía como Expresión Cultural 

Tanto la música como la gastronomía mexicana son reflejos de la historia y la diversidad cultural del país. La música mexicana, que abarca desde el mariachi hasta el rock en español, pasando por la música clásica y la cumbia, es tan variada como su gastronomía, que incluye desde tacos al pastor hasta mole poblano y tamales. 

La cocina mexicana, con sus raíces prehispánicas y sus influencias españolas, puede compararse con una sinfonía en la que cada ingrediente es una nota que contribuye a la armonía del platillo. Del mismo modo, la música mexicana incorpora ritmos y melodías de diversas culturas, creando composiciones únicas y ricas en matices. 

 

Notas de Comida y Notas Musicales 

Al describir los sabores de la comida mexicana en términos musicales, podemos visualizar un platillo como una composición. Por ejemplo, el mole poblano podría compararse con una pieza clásica. Este platillo, con su complejidad de sabores, que incluye chocolate, chiles, especias y más de veinte ingredientes, es como el Huapango de Moncayo: cada elemento se une para crear una obra maestra que deleita los sentidos, los ingredientes actúan como diferentes secciones de la orquesta, donde los chiles aportan la intensidad de los violines, el chocolate la suavidad de los vientos, y las especias la percusión que marca el ritmo. 

Por otro lado, un platillo como los tacos al pastor podría identificarse con el rock. Los tacos al pastor, con su carne marinada en adobo de chiles y especias, cocinada en un trompo y servida con piña, cebolla y cilantro, son una explosión de sabor que evoca la energía y el dinamismo del rock. La combinación de sabores es intensa y directa, similar a una guitarra que es siempre protagónica. 

 

Innovación y Tradición 

Así como la música mexicana ha sabido innovar sin perder su esencia, la gastronomía también ha evolucionado, adoptando nuevas técnicas y fusionando ingredientes de diversas partes del mundo. La cocina de autor en México puede ser vista como el jazz: una improvisación controlada donde el chef, como un músico de jazz, juega con los ingredientes, experimenta con nuevas combinaciones y presenta platos que sorprenden y deleitan. 

Un ceviche de aguachile con toques de cocina japonesa puede compararse con un solo de saxofón en una pieza de jazz. La frescura del pescado, la acidez del limón y el picante del chile se mezclan creando una experiencia culinaria innovadora y vibrante, similar a una pieza de jazz. 

 

Festividad y Ritmo 

La gastronomía mexicana, al igual que su música, es sinónimo de celebración y comunidad. En las fiestas mexicanas, la comida y la música van de la mano, creando un ambiente de alegría y camaradería. Las posadas navideñas, los días de muertos y las fiestas patrias están acompañadas por platillos tradicionales y música que resuena en el corazón de los mexicanos. 

 

 

 

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