Poema de Guillermo Briseño

Hay días que el verso viaja 

se distrae se vuelve loco 

y así descubre otro foco 

una aguja entre la paja 

Abandonar la mortaja 

pide al verso desenfado 

porque el foco que fue hallado 

era la sed de tocar 

prepararse y ensayar 

presentarse acompañado 

 

Es fuerte la novedad 

hace años toco solo 

probé la traición y el dolo 

y abracé la soledad.  

Pero ahora, y es verdad, 

los jóvenes me retaron 

con ternura desafiaron 

mi voluntad de seguir 

de encerrarme y compartir 

y con creces lo lograron 

 

Qué cosa la juventud 

pensar que se puede todo 

que uno siempre encuentra modo 

de perpetuarse en salud 

hacer leña el ataúd 

y en vez de morir nacer 

pensar de nuevo en crecer 

fabricar el otro día  

para encontrar la poesía 

fue lo que pude entender  

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