Poesía para no expertos
Luis Antonio Godina Herrera
Quizá fue Homero quien inició la vinculación entre cultura popular y poesía. La Ilíada y La Odisea son dos poemas sobre el acontecer de la gente en la antigua Grecia. Su impacto en la civilización occidental ha sido la piedra de toque para determinar la literatura y en buena medida la filosofía de nuestra era.
En la lengua española esta imbricación es aún más manifiesta. La poesía de los bardos, de los poetas de la corte o de los grandes poetas que hacían de la calle, de lo popular, su fuente de inspiración primigenia, son el común denominador en la historia de las letras castellanas. La gran obra de la literatura universal, El Quijote, se basa en lo que le sucede a la gente en La Mancha, los refranes de Sancho Panza son parte fundamental de la cultura popular de ese tiempo y han permanecido con nosotros al paso de los siglos.
Como muestra transcribo este diálogo entre Don Quijote y Sancho, cuando este último se marcha a gobernar la Ínsula Barataria:
—Y siendo yo gobernador, que es más que ser alcalde, ¡llegaos, que la dejan ver! No, sino popen y calóñenme, que vendrán por lana y volverán trasquilados, y a quien Dios quiere bien, la casa le sabe, y las necedades del rico por sentencias pasan en el mundo, y siéndolo yo, siendo gobernador y juntamente liberal, como lo pienso ser, no habrá falta que se me parezca. No, sino haceos miel, y paparos han moscas; tanto vales cuanto tienes, decía mi agüela, y del hombre arraigado no te verás vengado.
Sabiduría popular pura.
La poesía popular o lo popular de la poesía pasa también por los poetas en México. Identifico por ejemplo a Amado Nervo, cuyo sepelio concitó a miles de personas; y otro poeta hizo del lenguaje popular toda una forma de comunicar la poesía, me refiero a Carlos Rivas Larrauri, cuyo libro Del arrabal, ilustra la relación pura entre el verso culto y el verso popular.
El uso del lenguaje no elitista convirtió los poemas de Rivas Larrauri en los más populares en los concursos de declamación que se verificaban en el siglo pasado. El lenguaje “popular” se manifiesta por ejemplo en Porqué me quité del vicio:
No es por hacerles desaigre
Es que ya no soy del vicio
Astedes me lo perdonen
Pero es que hace más de cinco años que no bebo copas
Aunque ande con los amigos
¿Que si no me cuadran? ¡Harto!
Pa’ qué he di hacerme el santito
Si he sido rete borracho
Como pocos lo haigan sido
Pero ora sí ya no tomo aunque me lleven lo pingos
En de antes que me casara
Encomencé con el vicio
Ya luego, ya de casado, también le tupí macizo
Juan Domingo Argüelles ha hecho una gran antología de la poesía mexicana (la recomiendo) y a la par de ella ha publicado una Breve antología de poesía mexicana, impúdica, procaz, satírica y burlesca. No tiene desperdicio este texto. En él señala el caso de la inmensa sor Juana Inés de la Cruz y afirma:
Lo extraordinario es que hay mucha gente que no sabe que sor Juana Inés de la Cruz, nuestra gran sor Juana (monja jerónima además), el más elevado talento de la emoción y la inteligencia novohispana escribió los siguientes versos:
Inés, cuando te riñen por bellaca,
para disculpas no te falta achaque
porque dices que traque y que barraque
conque sabes muy bien tapar la caca”
Otro poeta de los cotidiano, de lo popular, lo fue Pablo Neruda, quien escribió poemas como el de La cebolla. Esa parte de la obra de Nerura fue criticada por Jorge Luis Borges, quien por cierto en su poesía está alejado de lo popular, pero en sus cuentos y ensayos, no. Comparto una fracción de ese poema:
Cebolla,
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
Borges aleja lo popular de la poesía, Neruda, Alfonso Reyes y otros muchos más no solamente acercan los polos, sino que no distinguen entre uno y otro. Elitista o popular, la poesía es eso: poesía. Disfrutémosla aun en su forma más tosca.
Leave us a reply