Poesía para no expertos
Luis Antonio Godina Herrera
Hace cuatro años Mario Montero me llamó para pedirme que escribiera en Sibarita, La Revista, pero la invitación no era para hacerlo sobre economía o política, sino sobre poesía. Le dije que yo amaba la poesía pero que estaba lejos de ser un experto en el tema. Que solamente la disfrutaba. Me contestó: esa es la idea, que escribas sobre algo que te gusta y lo compartas. Ahí nació Poesía para no expertos, que cumple ya cuatro años.
En estos tiempos las cosas vaya que han cambiado. Empezamos después de la pandemia y eso nos ha permitió estar presentes en un mundo y en un México lleno de cambios. Diría Neruda: Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos, la gente, nuestra gente, se transformó después de casi dos años de encierro. Pero la poesía ha ayudado a sortear esos caminos. La gente se puede acompañar de la poesía para navegar por el mundo, por México o por Puebla.
Las y los poetas acompañan a la gente, aunque la gente no lo reconozca, pues lo que hacen es reseñar sentimientos que a todos atañen, que todos tenemos. Cuando Amado Nervo escribió En Paz y afirmaba: porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino… Nos marcaba un camino, somos lo que hacemos, lo que construimos en la vida.
Apenas hace cinco años el mundo enfrentó una terrible pandemia, quizá la más dura en la historia moderna. La gente se sustrajo del contacto físico y hasta visual. Un virus intentó acabar con la parte sustancial de la vida humana como lo es la socialización. Navegando en internet encontré un poema de Benjamin Zephaniah, escritor y poeta inglés de ancestros jamaiquinos, La gente necesita gente, es el título:
Para llorar y confiar
La gente siempre necesitará gente.
Amar y extrañar
Abrazar y besar
Es útil tener a otras personas.
A quien gemir
Si estás solo.
La gente siempre necesitará gente.
Para hacer la vida atractiva
Y darle un sentido a la vida
Es útil tener a otras personas.
Si necesitas un cambio
¿A quién acudirás?
Si necesitas una lección
De quién aprenderás.
Si necesitas jugar
Sabrás por qué digo
La gente siempre necesitará gente.
Eso es lo que demostró la pandemia, somos entes sociales, en el decir de Mario Benedetti: en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Y estamos hechos para convivir a pesar de los golpes que la vida nos da. César Vallejo en Los Heraldos Negros lo señala con profundo desaliento:
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como el odio de Dios, como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma.. ¡Yo no sé!
A ese golpe del destino nos impusimos y ahora estamos en la etapa de la reconstrucción social, después de un alto forzado. No tengo duda de que en esos momentos aciagos de de 2020–2021 los versos de este poema apócrifo atribuido por algunos a Walt Whitman ayudaron a transitar por esa brutal etapa:
No te detengas
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
La recuperación de la plaza pública, de las calles, de los estadios, de los valores que compartimos como sociedad, nos mantiene o al menos nos debe mantener unidos. Como bien dice el poeta la gente siempre necesitará gente.
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