Una educación escultural
EDUCARSE ILUSTRA
Éricka E. Méndez Ortega
“Un buen sistema educativo tiene que alimentar y fomentar todas las formas de inteligencia, incluidas las relacionadas con el arte; en caso contrario, descuidaría parcelas fundamentales del potencial humano y frenaría el desarrollo cognitivo de los niños”.
Howard Gardner
La escultura actual abarca una diversidad de estilos y enfoques. Los artistas contemporáneos experimentan con una variedad de materiales, desde lo tradicional hasta lo más innovador, como el reciclaje o las instalaciones multimedia. La estética actual tiende a explorar conceptos abstractos, sociales y emocionales, rompiendo con las normas clásicas y desafiando la percepción del espectador. Sin embargo, no podemos dejar de lado a las dos grandes civilizaciones que sirvieron de base para desarrollar una de las más sensibles prácticas artísticas: la griega y la romana.
Mientras que en Roma la escultura era vista como medio de difusión y propaganda de los ideales y creencias del imperio y sus respectivos mandatarios y emperadores, en Grecia estuvo dedicada a plasmar la anatomía con formas equilibradas para reproducir la naturaleza y el cuerpo humano ideales: redondeando las formas de la musculatura, aportando morbidez y apariencia de carne. Como bello ejemplo tenemos la técnica de los paños mojados, que consiste en que la indumentaria de las esculturas queda muy adherida al cuerpo mostrando, así, la profunda sensibilidad que el artista era capaz de plasmar en sus obras. La escultura griega fue la representación de la belleza ideal en su máximo esplendor.
Estas dos civilizaciones, cada una con sus características, coincidieron en capturar la belleza y la perfección, creando obras que reflejaban valores culturales y filosóficos de su tiempo y contribuyeron con sus ideas, creencias, estudios, pasiones, hazañas y hasta conquistas bélicas. Ambas épocas, la antigua y la contemporánea, reflejan sus contextos culturales; no obstante, hay que destacar que, mientras que la época antigua se centraba en la idealización, la contemporánea abraza la pluralidad y el cuestionamiento.
Importante es destacar el elemento más importante de la escultura, la estética, que es la utilización de formas y volúmenes para representar la belleza, aspectos artísticos o para crear objetos decorativos. Así mismo, la estética se relaciona con la filosofía del arte y se encarga de estudiar la esencia de la misma. Del latín aestheticus, que se percibe por los sentidos. Se considera que una obra es estética cuando cumple con estándares como la armonía, proporción, carácter y organización, elementos que sin duda están presentes en la escultura.
Lo anteriormente escrito en este artículo explica las razones por las cuales son esenciales nuevos parámetros de enseñanza. Debemos remodelar los fundamentos históricos y construir un nuevo proyecto como modelo de asignatura, que nos ayude a ver y a enseñar que la escultura, como acto creativo, necesita un apoyo reflexivo y racional a través del cual el alumno sea consciente de la trayectoria histórica, crítica y visual de la obra escultórica, y poder, con mayor seguridad, embarcarse en una obra creada con sus propias manos.
No olvidemos que toda actividad artística es múltiple e integradora, por lo tanto, actúa como armonía en la personalidad del individuo dejando al descubierto la comunión entre éste y las piezas internas y externas que existen en su universo para lograr una pieza perfecta, como perfecta fue, la escultura.
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