Venus: el arte y la mujer

La mujer como tema del arte existe desde la prehistoria.

El mejor ejemplo es la famosa Venus de Willendorf. Una estatuita de apenas 11 cm de altura, descubierta el 7 de agosto de 1908, por el arqueólogo Josef Szombathy.

Y si bien los investigadores actuales coinciden en que no se trata de una referencia a la belleza de la mujer del paleolítico, sí aceptan que se trata de una sublimación de la mujer como símbolo de la madre tierra, de la madre naturaleza e incluso de la procreación.

Lo importante es que desde hace 25 mil años, fecha en que esta Venus de piedra ha sido datada, hubo “artistas” que tomaron como modelo a la mujer… Y ya en la época histórica, el arte escultórico continuó con el modelo femenino, pues la mujer era y es vista como la suma de la belleza y de la estética.

La muestra más acabada es la famosa Venus, de Milo, atribuida al escultor Alejandro de Antioquía, y cuya creación está fechada entre el año 150 y el 125 antes de Cristo.

Se trata de una obra maestra de tamaño casi natural, pues tiene más de dos metros de altura, y está trabajada magistralmente en mármol. Algo que pocos saben es que no es una sola pieza, sino que se esculpió en partes que fueron ensambladas, pero también, que las uniones casi no se notan.

Por cierto, tal vez a ello se deba que los cortes casi planos en las partes que le faltan, fueron partes que se desensamblaron. Actualmente esta obra maestra del clasicismo griego se resguarda en el Museo de Louvre, en París.