Vocabulario mínimo del docente
MINUCIAS DEL IDIOMA
Miguel Campos Ramos
Empecemos con la palabra “mentor”, que se utiliza como sinónima de “docente”.
Dicha palabra tiene su origen en La odisea, el poema escrito por Homero para narrar el regreso de Ulises a su reino, la isla de Ítaca, después de haber estado en la guerra de Troya.
En dicha obra Méntor es el mombre de quien funge como guía moral y espiritual de Telémaco, el hijo de Ulises.
Tan importante es ese poema homérico, que el nombre de Méntor pasó a ser el equivalente de “maestro” en latín y sucesivamente en los idiomas derivados de esta lengua. Sólo hay que cuidar su actual uso. No se dice “méntor”, sino “mentor”, es decir, no con acento grave, sino agudo. Y por lo consiguiente, en plural no es “los “méntores”, sino los “mentores”.
Ligadas a esta palabra están “docente” y “educar”. Lo curioso es que ambas se derivan de una misma raíz, que es “ducto”, algo así como “guía”; de hecho, esta palabra es equivalente a “tubo”, pues se dice, por ejemplo, “los ductos de PEMEX” o “los tubos de PEMEX”.
Esto se debe a que el concepto “ducto” alude a un camino (pues eso es un tubo), y por ese camino se guía a un alumno. En latín la palabra que se utilizaba era “ducere”, a la cual se le antepuso la “e” para indicar “salida”. Esto es, se conducía a alguien por un camino para que saliera de la ignoramcia.
Cuestiones aparte son las palabras “profesor”, “maestro” y “doctor”.
La primera tiene que ver con la acción de “proferir”, esto es, “hablar públicamente transmitiendo conocimientos”. De aquí se derivan también “profesar” y “profesión”.
En cuanto a “maestro”, tengamos siempre presente la raíz “mega”, que significa “”grande”. “Mestro” se deriva de “magister” en latín, palabra que sgnifica “el más grande”. Así que a partir de esta raíz hay que considerar la valía de ser “maestro”; en este caso quien enseña, pues lo de haber denominado “maestro” a quien hace una “maestría”, obedece más bien a un uso académico para indicar un grado en el aprendizaje.
Lo mismo pasa con “doctor”, que aunque hoy alude a un grado académico superior al de maestro, su raíz es algo sencilla pero a la vez grande, pues se deriva de “docere”, es decir, “el que enseña”, igual que docente. “Doctor” evolucionó, sin embargo, y acabó denominando a “alguien que sabe mucho” y por eso, claro, es capaz de enseñar.
Todas estas palabras son importantes, y las traigo a colación porque este número de Sibarita La Revista tiene como tema central la educación.
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