Amor, Dios y numerología

Si sé lo que es el amor, es gracias a ti.

 Herman Hesse

 

Febrero es considerado el mes del amor y la amistad, debido a que San Valentín, un médico que se convirtió en sacerdote en el siglo III en Roma, desafió las leyes romanas de no casar a los enamorados, pero él lo hacía a costa de todo. Acto que le valió ser martirizado y posteriormente ejecutado el 14 de febrero del año 270, fecha que ha recibido el nombre de Día de San Valentín, Día de los Enamorados o Día del Amor y la Amistad.

Antes de morir, San Valentín fue encarcelado, y el oficial Asterius lo obligó a curar a su hija Julia, que era ciega, esto con el fin de ridiculizarlo en toda Roma. Aunque el Santo hizo posible el milagro, no se libró de la pena de muerte. Dice la leyenda que Julia plantó flores rosadas junto a su tumba en agradecimiento por devolverle la vista, y de esta acción nace el símbolo del amor y la amistad eterna.

Cupido (dios del amor, hijo de Venus, la diosa del amor, la belleza y la fertilidad, y de Marte, dios de la guerra) representa el símbolo más importante del Día de San Valentín, personificado por un infante con alas portando un arco y en la espalda llevando dos clases de flechas: unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia.

Pero Cupido (el Amor) se enamora de una mortal llamada Psique (el Alma), y después de grandes y peligrosos desafíos, los dioses, conmovidos por el amor de ambos, a Psique la convirtieron en una diosa para que pudiera reunirse con su amado. Felizmente Cupido y Psique, el “Amor” y el “Alma”, se unieron tras duras pruebas. De esta unión nació una hija llamada Voluptas, cuyo nombre significa “Placer”. A partir de la historia de estos dos personajes el amor ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha: la de Cupido.

Con relación al Amor, Dios y la numerología, se parte de asignar valores numéricos a las letras; ésta es una práctica utilizada desde la más remota antigüedad; ya los hebreos con la gematría, los griegos con la isopsefia, y los árabes con su sistema abyad, interpretaban los nombres, palabras y frases para ser asociados con un número de acuerdo con una correspondencia determinada.

En los métodos numerológicos se establece que si los números resultantes de determinadas palabras son los mismos, hay un vínculo que las hace ser iguales, por lo que de cada palabra se tendrá un valor y se relacionarán con ciertas características energéticas.

En nuestro caso, si aplicamos la numerología a la palabra AMOR, de acuerdo con la tabla pitagórica¹, tenemos: AMOR: A=1; M=4; O=6; R=9; =1+4+6+9=20=2+0=2

Haciendo lo mismo con la palabra DIOS: D=4; I=9; O=6; S=1; = 4+9+6+1= 20=2+0=2

Dando en ambas palabras el mismo resultado -2-, lo cual nos lleva a relacionar estas dos palabras: “DIOS ES AMOR” o “EL AMOR NOS CONDUCE A DIOS”.

Otras palabras que nos generan el mismo resultado (2) son:

FE: F=6; E=5; =6+5=11=1+1=2, y PASIÓN: P=7; A=1; S=1; I=9; O=6; N=5; =7+1+1+9+6+5=29=2+9=11= 1+1=2

Asociando estas palabras tenemos que: AMOR es FE (virtud teologal que nos acerca a la divinidad), y AMOR es PASIÓN (sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad).

Concluimos que se debe buscar el Amor para llegar a la Divinidad.

 

 

Jorge A. Rodríguez y Morgado

Twitter @jarymorgado

jarymorgado@yahoo.com.mx

 

 

Referencias

  1. http://significadodelosnumeros.com/tabla-alfanumerica-numerologia/

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