El tiempo en la educación

Éricka E. Méndez Ortega

Educarse ilustra 

 

 

¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; 

 pero si quiero explicarlo al que me preguntó, no sé. 

Agustín de Hipona

 

 

En días pasados, un exalumno de secundaria que ahora cursa el primer semestre de la preparatoria me escribió un mensaje en donde me platicaba, grosso modo, cómo le iba en este nuevo nivel educativo. Me dio gusto saber que le estaba yendo bien pues es de los pocos alumnos que practica la excelencia académica y que nos podemos preciar de tener en una institución educativa. Sin embargo, terminó su texto con una frase que sólo se puede expresar cuando nos damos cuenta de que el tiempo es un tesoro al que hay que cuidar con mucho recelo. Su frase fue: ¡maestra, quiero regresarme a la secundaria! 

Actualmente, los docentes vemos con gran desánimo cómo los estudiantes no se aplican en ninguna actividad cuando tienen un tiempo libre. Lo único que hacen es adherirse al celular y no precisamente para buscar información que los cultive, sino todo lo contrario. Paradójicamente, esa es la edad en la que más tiempo se tiene, pero el individuo no se da cuenta hasta que ya le es imposible recuperarlo. La mejor etapa para menospreciar y perder el tiempo es, din duda, la adolescencia (11 a 16 años), y el mejor lugar para hacerlo, la escuela. 

Ante los recientes resultados en el rubro de comprensión lectora de la prueba PISA 2022, en la que México ocupa el vergonzoso antepenúltimo lugar, podemos observar que no fue precisamente la época de pandemia la que nos llevó a sacar tan bajo resultado, sino la indiferencia y aburrimiento del adolescente ante tanto tiempo libre, y la carencia de una estrategia que remediara la situación, pues fue justo ese el momento en que las autoridades educativas tuvieron la oportunidad de fomentar en serio el hábito de la lectura. 

En física se dice que el tiempo es relativo, en filosofía que es enigmático y misterioso, para la psicología es una categoría mental, para la biología es un ciclo, pero para la literatura el tiempo es, realmente, oro. El estudiante de educación básica tiene cualquier oportunidad para tomar un libro y leer. Sin embargo, es necesario acercarlo a los libros. Los estudiantes tienen, para tal cometido, a sus maestros, quienes por naturaleza profesional -se supone← practican el hábito de la lectura, por lo tanto, son una excelente guía para enseñarles a sus discípulos a aprovechar su tiempo. 

Tomando en cuenta que la mayoría de las actividades del ser humano están regidas por el tiempo, sería muy bueno que en las instituciones educativas se destinara un tiempo exclusivo para que todos los alumnos leyeran simultáneamente, sin que esta actividad fuera interrumpida. De esta manera se ganaría disciplina, orden, silencio, reflexión, placer, compañía, aprendizaje, conocimiento y tiempo. Todo esto proporcionado por un libro.    

 Así que no perdamos el tiempo con la sociedad más joven, aún pueden darse el tiempo para disfrutar de la literatura y corregir esos resultados a nivel mundial. Se va a llevar su tiempo, pero es mejor hacerlo de una vez y no cuando ya sea tarde. Como dijo Renato Leduc en su famoso soneto, sabia virtud de conocer el tiempo. 

 

 

 

 

Mail: eryelmeor@gmail.com 

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