Poesía para no expertos

Para la Real Academia Española la palabra “sexualidad” tiene dos acepciones: la primera se refiere la “conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo”, y la segunda “apetito sexual, propensión al placer carnal.” Esta definición se queda corta ante la variedad de temas que implica la sexualidad, que van desde la reproducción humana hasta la necesaria inclusión de todas, todos y “todes”. Para la poesía la sexualidad y el amor van, a mi juicio, de la mano. Rafael Albertí escribió un poema que es una clara muestra de la afirmación anterior; su nombre, Diálogo entre Venus y Príapo. Así inicia: 

 

Príapo: 

…Despierta, sí, cerrada 

caverna de coral. Voy por tus breñas, 

cabeceante, ciego, perseguido. 

Ábrete a mi llamada, 

al mismo sueño que en tu gruta sueñas. 

Tus rojas furias sueltas me han mordido. 

 

Venus: 

¿Quién me nombra? 

¿quién persigue mis óleos seminales, 

quién mi gruta de sombra 

y navegar oculto mis canales? 

 

Los versos anteriores crean un diálogo entre el dios de la fertilidad y la diosa del amor, combinación que hace indisolubles al amor y a la sexualidad. Leamos ahora el Poema XVIII de Pablo Neruda: 

 

Aquí te amo. 

En los oscuros pinos se desenreda el viento. 

Fosforece la luna sobre las aguas errantes. 

Andan días iguales persiguiéndose. 

 

Este es un puerto. 

Aquí te amo. 

 

El poeta mexicano Salvador Novo en 1933 escribió: 

 

Amar es percibir, cuando te ausentas, 

Tu perfume en el aire que respiro, 

Y contemplar la estrella en que te alejas 

Cuando cierro la puerta de la noche. 

 

Para la poesía el amor es un aliado indiscutible y la sexualidad un condimento indispensable. Repasamos autores, sonetos, en fin, la composición poética ha tenido estos elementos como parte de su espina dorsal. 

 

Concluyamos esta entrega citando otra vez a Alberti: 

 

Príapo: 

Quien solamente puede y se desvela, 

levantado por ti, de noche y día, 

se atiranta en candela 

y no se dobla hasta que el mar lo enfría 

¡Deja que te contemple! 

 

Venus: 

Que te mire 

déjame a mí también. ¿Siempre eres bello? 

 

Príapo: 

¡Déjame que en tus selvas te respire! 

 

Venus: 

¡Que me despeine en tu robusto cuello! 

 

Príapo: 

¿Por qué dormías? 

 

Venus: 

Todo era fingido. 

Mi dormir no era más que desearte. 

Tú alzas mi sueño cuando estás dormido. 

Nací tan sólo para levantarte. 

 

No puede haber mejor síntesis. Sun duda el psicoanálisis, la psicología o la medicina tendrán explicaciones científicas más finas, pero nuestra amiga, la poesía, indica que cuando se unen dos seres humanos el verso, la pasión o el arte se conjugan. Este verano leamos poesía para entender mejor lo que sentimos, para vivir mejor, para gozar mejor. Al leer poesía la imaginación se desvanece para dar paso sólo al sentimiento. A la palabra como el instrumento para amar, a la letra como el cincel para escribir a la persona amada, para hacerle saber lo que somos, lo que es. Tomemos el primer libro de poesía que esté a nuestro alcance, consultemos en google, abramos nuestro horizonte. Como bien afirma Gustavo Adolfo Bécquer: 

 

Mientras que se sienta que se ríe el alma, 

sin que los labios rían, 

 

Mientras haya uno ojos que reflejen 

los ojos que los miran, 

mientras responda el labio suspirando 

al labio que suspira, 

¡habrá poesía! 

 

Hagamos nuestra la poesía. Nunca será tarde. 

 

 

Luis Antonio Godina 

godinaluis@me.com 

 

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