Poesía para no expertos

En una sección de poesía para no expertos, que aparezcan datos estadísticos puede sonar extraño. Pero la vocación es la vocación y, como economista, me es complicado olvidar los números. Sin embargo, en este caso resultan pertinentes. El INEGI publicó en 2020 la Encuesta Nacional sobre Discriminación; en ella señala que el 20.2% de la población de 18 años y más declaró haber sido discriminada. Adiciona que de la población indígena de 12 y más años, 24% declaró haber experimentado al menos una situación de discriminación en los últimos cinco años, y que de la población indígena de 12 y más años, 75.6% consideran que las personas indígenas son poco valoradas por la mayoría de la gente. En suma, el 20.2% de los 84 millones de personas de 18 y más años que radican en México se ha sentido discriminada por algún motivo. Sí somos un país en donde el racismo existe. Es una pena pero así es.

Por ello, es relevante incluir en Sibarita La revista poemas que denuncien y difundan el pensamiento y la voluntad de luchar en contra del racismo. La forma más vil en que los seres humanos se relacionan, la manera más inaudita de someter y matar al prójimo. Al pensar en esta horripilante realidad, llegaron a mis manos a través de mi hermana Célida, una serie de poemas sobre el racismo que comparto en esta entrega.

Uno de ellos es de Maya Angelou, quien fue bailarina, cocinera, periodista, profesora, compositora y actriz, férrea defensora de los derechos civiles en Estados Unidos, y escribió “A pesar de todo me levanto”:

 

Tú puedes escribirme en la historia

con tus amargas, torcidas mentiras,

puedes arrojarme al fango

y aún así, como el polvo… yo me levanto.

¿Mi descaro te molesta?

¿Por qué estás ahí quieto, apesadumbrado?

Porque camino

como si fuera dueña de pozos petroleros,

bombeando en la sala de mí casa.

Como lunas y como soles,

con la certeza de las mareas,

como las esperanzas brincando alto.

Así, yo me levanto.

¿Me quieres ver destrozada?

Con la cabeza agachada y los ojos bajos,

los hombros caídos como lágrimas,

debilitados por mi llanto desconsolado.

¿Mi arrogancia te ofende?

No te tomes tan a pecho

que yo ría como si tuviera minas de oro,

excavándose en el mismo patio de mi casa.

Puedes dispararme con tus palabras,

puedes herirme con tus ojos,

puedes matarme con tu odio,

y aún así, como el aire, yo me levanto.

¿Mi sensualidad te molesta?

¿Surge como una sorpresa

que yo baile como si tuviera diamantes

ahí, donde se encuentran mis muslos?

De las barracas de la vergüenza de la historia,

yo me levanto.

Desde el pasado enraizado en dolor,

yo me levanto.

Soy un océano negro, amplio e inquieto,

manando,

me extiendo, sobre la marea,

dejando atrás noches de temor, de terror.

Me levanto,

a un amanecer maravillosamente claro,

me levanto,

brindado los regalos, legados por mis ancestros.

Yo soy el sueño y la esperanza del esclavo.

Me levanto.

Me levanto.

Me levanto.

 

La antropóloga, activista y poeta afrocostarricense Shirley Campbell comparte este poema inmenso:

 

Rotundamente negra

 

a negar mi voz

mi sangre y mi piel

y me niego rotundamente

a dejar de ser yo

a dejar de sentirme bien

cuando miro mi rostro en el espejo

con mi boca

rotundamente grande

y mi nariz

rotundamente hermosa

y mis dientes

rotundamente blancos

y mi piel

valientemente negra.

Y me niego categóricamente

a dejar de hablar

mi lengua, mi acento y mi historia

y me niego absolutamente

a ser de los que se callan

de los que temen

de los que lloran

porque

me acepto

rotundamente libre

rotundamente negra

rotundamente hermosa.

 

Solo dos muestras de que la poesía es algo más que rimas y endecasílabos, tiene también como misión la denuncia y la consciencia. Ojalá que estos textos lleguen a ti lectora, lectora, y te muevan a despejar tu mente, a tener claro que el racismo existe y que nuestro deber es combatirlo desde la casa, el salón de clases, la calle, el trabajo. La lucha por la igualdad pasa, inicia con esta batalla. Nunca más un holacausto o el apartheid o dejar de lado a las comunidades afromexicanas e indígenas en México. Usemos la poesía. Gocemos y suframos estas líneas. La denuncia es apenas el comienzo.

 

 

Luis Antonio Godina Herrera

godinaluis@me.com

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