Don Segundo Sombra, de Leopoldo Güiraldes

Libros

Miguel Campos Ramos

 

 

El tema de Sibarita la Revista este mes es “el lenguaje”. Por eso elegí esta novela escrita por el argentino Ricardo Güiraldes y publicada en 1926: Don Segundo Sombra. Y es que independientemente de su valor literario y humano, es una novela que recrea de manera magistral el lenguaje que se habla en la pampa argentina, específicamente el lenguaje de los gauchos. 

En cuanto a su contenido, se trata de una historia que puede encajar en el género didáctico, no en un sentido escolar, sino en el sentido de enseñar a vivir. 

En efecto, el narrador da santo y seña del protagonista, que da título a la novela, el tal Don Segundo Sombra, que sin duda en el Don lleva toda su valentía, hombría, empatía, generosidad e integridad. 

Es un personaje tan rico como ser humano, que el narrador, apenas siendo adolescente,  decide dejarlo todo y seguirlo en las duras tareas de conducir ganado a través de la pampa. 

Es además un hombre sabio, capaz de escuchar y dar consejos oportunos, de enfrentar a un valentón y a la vez frenar una pelea. 

La novela está ambientada en un medio difícil, de hombres rudos,  consecuentemente con actitudes machistas. Sin embargo, la figura de Don Segundo Sombra, con su austeridad, su seriedad y su carácter, atenúa y contiene tales actitudes, enseñando a sus compañeros a asumir más bien una conducta de hombría, de hombres íntegros, no de machos prepotentes. 

Complementariamente, esta obra de Güiraldes nos muestra el paisaje de la pampa, no en balde la novela ha sido catalogada como “novela de paisaje”. 

En cuanto a su lenguaje, es una delicia, porque nos sumerge en el modo de hablar del gaucho. Basten algunos frases de muestra, que en cierto modo parecen meramente pintorescas, pero que en realidad contribuyen a definir la personalidad de los hombres de la pampa argentina y a entender cómo ha evolucionado nuestro idioma. He aquí algunas: 

“sosiéguese, güen hombre”,     

“acompáñeme pa’juera”. 

“manotié”. 

“te ha güelto el alma al cuerpo”. 

“se jue esta mañana”. 

“que el pampero te avente con tuito el pulguerío”. 

“dentrando al pueblo”. 

“gente que hasta pelió”. 

Noten los usos de términos como “güen”, en vez de “buen”;  “pa juera”, en vez de “para fuera”; “manotié”, por “manoteé”; “güelto”, en vez de “vuelto”; “jue”, por “fue”; “avente” por “aviente” y “tuito” por “todito”; “dentrando” por “entrando””; “pelió””, por peleó”. 

Como se ve, esta novela nos adentra en el camino que en nuestros países han seguido la evolución del idioma español y nuestros grandes novelistas. 

Por ello, tras leer Don Segundo Sombra se entiende mejor la forma en que posteriormente escribieron autores como Juan Rulfo o Gabriel García Márquez, quienes sin duda les debieron mucho a autores como el que hoy es tema de esta sección. Muy recomendable esta novela.  

 

 

 

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