La cultura del buen comer en los niños

La mayoría de mis entregas anteriores hablan del disfrute de la cocina y las bebidas, y en general de la gastronomía local y global. Pero ¿qué tan de la mano van con la nutrición? Y es que la necesidad alimentaria ha evolucionado a lo largo de la historia del hombre, comenzando con saciar el hambre, hasta nuestros días, cuando un montón de cocineras, cocineros, chefs y aficionados nos damos cita para “saciar” el hambre e ir más allá; dicen: generar una experiencia de sentidos, en la que se involucran los 5 sentidos para percibir la belleza y alcance que puede tener la gastronomía, tanto, que (y también aquí hemos platicado de ello) se le considere, más allá de una necesidad, un arte. 

Y la nutrición, ¿dónde queda? Personalmente estoy convencido de que cuando la cocina está bien hecha, resuelve el hambre, pero también alimenta, y me refiero a que “esté bien hecha” cuando los insumos son los adecuados, que no se apliquen “atajos” e insumos artificiales que pretendan masificar (más que economizar) los platillos.  

La cocina tradicional, y como botón de prueba la nuestra, la mexicana, es rica en sabores, aromas y colores, muy variada y nutritiva (cuando está bien hecha) y, claro, hay que disfrutarla con medida (como todo) y variedad. 

¿Cuánto de ello transmitimos a nuestros niños? Dicen que los adultos debemos determinar la calidad, pero también somos responsables de la cantidad. Con esto último no me refiero a comidas exóticas y menos aún costosas.  ¿Cuántas veces es más fácil resolverlo con una pasada a la comida rápida? Ésta pasa por alto la calidad de los insumos y crea productos “antojables” a la vista y el olfato. El resultado es que tenemos una tasa de obesidad altísima en nuestro país y en otros, como los Estados Unidos.  

La cultura de alimentación de nuestros niños es la que les enseñamos y trasmitimos con el día a día. Convencido estoy de que es una labor familiar e institucional educarlos para entender “el plato del buen comer”; es más fácil y económica la cocina estacional y local, resumida en: “come lo que las estaciones del año te dan y lo que por zona se encuentre más cercano”, así de fácil.  

Como adultos, somos responsables de educar sobre esto a nuestros menores. Las enfermedades más relevantes de nuestros tiempos tienen que ver con la mala alimentación y los malos hábitos: Esto es educación y cultura. ¡Porque una buena alimentación también se disfruta! 

 

 

Daniel Parra

@candinga 

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