La cultura en la alimentación

La cultura es definitiva en las costumbres alimentarias, y esto se verá reflejado en la salud de los habitantes de cada comunidad. Las herencias según las raíces, las creencias, ritos, religión, economía y sociedad, son elementos que determinan lo que consume cada región.

Visto de manera general, la alimentación es una forma de identificación cultural ya que expresa pertenencia a un grupo determinado e identifica a los individuos de una misma comunidad. Con el paso del tiempo y la adaptación que pueden sufrir dichas tradiciones por elementos como medio ambiente, conquistas, migraciones y adaptaciones históricas que sufren las poblaciones de diferentes latitudes, algunas civilizaciones han resistido más el cambio y choque cultural que otras; tal es el caso de México, donde a través de cientos de años de ocupación e invasiones han logrado subsistir con sus materias primas, a pesar de lo cual es innegable el mestizaje que ha sufrido y adaptado nuestras cocinas y modos de alimentación.

En México la cocina tradicional es un símbolo de identidad nacional; además, es una de las tradiciones culinarias más destacadas, ricas y diversas del mundo, por lo que fue nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2010).

México atraviesa por problemas de salud asociados con la alimentación y la nutrición. Hoy el país ocupa el número uno en obesidad a nivel mundial, y la desnutrición afecta en especial a la población de niños menores de cinco años que habitan en las zonas rurales del sur del país

La obesidad es un grave problema de salud pública en México que se relaciona directamente a las dietas de consumo energético alto, al acceso a los alimentos procesados alejados de nuestras comidas tradicionales, al consumo de bebidas endulzadas, siendo nuestro país el mayor consumidor de refrescos, además del estilo de vida sedentario. Todo esto habla del cambio de cultura: que a mayor desconocimiento y marginación más problemas de salud se observan.

Es de analizarse por qué hoy nuestras cocinas tradicionales han sido mucho mejor valoradas, reconocidas y disfrutadas; en contraste, nuestras zonas socio económicas más débiles se alejan cada vez más de incluirlas en su dieta diaria. Podemos concluir que a mayor conocimiento, mejor alimentación y salud.

 

 

Daniel Parra

@CANDINGA

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