¿Qué hay detrás de una taza de café?

-Silvino Vergara Nava 

 

 

 

“El viaje del café 

El café había brotado en Etiopía,  

hace millones de años,  

nacido de las lágrimas 

 negras del dios Waka. 

Quizás el Dios lloraba las  

desgracias que el café iba a traer, 

como el azúcar, a los millones de 

 esclavos que serían arrancados  

del África y extinguiría sus vidas,  

en nombre de otro dios,  

en las plantaciones de las Américas. 

 

Eduardo Galeano

 

 

¿Cuántas historias se fraguaron y cuántas historias terminaron enfrente de una taza de café? Desde las más románticas y pacíficas, hasta el inicio de revoluciones, guerras, batallas, independencias, invasiones, los mejores negocios y operaciones financieros, hasta las más catastróficas quiebras, endeudamientos, pasando por las mayores crisis económicas de los últimos tiempos de la humanidad, todas estas han tenido como testigo mudo una taza de café. 

Los grandes escritores, profesores, investigadores e intelectuales siempre hicieron mención de contar con una taza de café para elaborar sus mejores poemas, novelas, teorías, textos, ensayos, libros. Pudo haber sido el café la fuente de inspiración de los capitanes, generales, comandantes, miembros de los ejércitos que planearon sus batallas y guerras que provocaron la liberación de millones de personas; pero también las mayores masacres humanas, los genocidios y politicidios que marcaron la historia del siglo XX, se pudieron forjar detrás de una taza de café. 

Como aparece en la cita del escritor uruguayo Eduardo Galeano, esta planta proveniente de África nunca hubiera considerado que fuera ese testigo mudo de millones de personas, de millones de bondades, millones de maldades y millones de historias de la humanidad. 

Por lo pronto, en la actualidad enmarca la simple palabra “café” una serie de significados, empezando por un tipo de color, la propia planta, el líquido ya procesado para consumir; también café es un lugar de reunión, es un tiempo de descanso: la hora del café. Y muchos significados más que involucran a una simple planta que ha modificado en mucho la alimentación en el mundo. ¿Cuántas personas despiertan con una taza de café? ¿Cuántas personas antes de dormir consumen una taza de café?. 

En nuestro mundo monetizado y globalizado, en cualquier lugar se consume un café; en estos tiempos de la post-modernidad, en el mundo-consumo (como lo denomina el sociólogo polaco Zygmunt Bauman), se ha convertido en uno de los productos de mayor consumo; cafeterías, tiendas de conveniencia, supermercados, fondas, restaurantes… no hay lugar en donde no se cuente en el menú con una taza de café.  

Pero aún más: el consumo del café se ha convertido en un estatus social; las cafeterías, particularmente las de una cadena norteamericana, se convirtieron más que en el simple consumo de café, en un estatus social. ¿Quién diría que esa cadena de cafeterías provocaría uno de los juicios fiscales en México más emblemáticos de los últimos tiempos? 

Hay que recordar que hace algunos años en la ley del impuesto al valor agregado, los productos alimenticios preparados para su consumo, pero que no se consumen en el sitio en donde se venden, no causaban ese impuesto, por ende, esta cadena contaba con “la planeación fiscal” de no causar y  no pagar el impuesto al valor agregado, asumiendo que en sus locales no hay meseros, no era cafetería y únicamente se entrega el producto desde una barra y se puede consumir en los sillones y sofás que se tienen en el lugar, o bien fuera de él, por lo cual este planteamiento tuvo como consecuencia ese juicio, y se tuvo la necesidad de evitar esas subjetividades y por ende se reformó la ley para que todo producto alimenticio ya preparado, sea o no consumido en el local donde se enajena, cause el impuesto al valor agregado. 

Pues bien, el café ha sido testigo viviente hasta de juicios y planeaciones fiscales; esto daría a entender a cualquiera que quien siembra café cuenta con una actividad económica muy fructífera; pero esto no es así, la siembra de café es una historia negra. Normalmente los campesinos han sido explotados, confiscados, desplazados; los grandes cultivos de café están monopolizados, e incluso se ha tenido por parte de los gobiernos que subsidiar a los campesinos en el cultivo del café.  

Hoy, el monopolio del café lo tiene Brasil; también, se han puesto en esa competencia los famosos países asiáticos, denominados “los tigres de Asia”, que han competido con el país sudamericano y con Colombia en la siembra de café. México, desde luego, se encuentra dentro de los productores de café; no obstante, estos agricultores del café viven bajo el yugo y la explotación de los grandes distribuidores, lo que confirma la sentencia del escritor uruguayo Eduardo Galeano: “Somos pobres, porque es rico el suelo que pisamos”. Son de las cosas que no nos imaginamos y menos nos preguntamos cuando estamos detrás de una taza de café.

 

 

Contacto: web: parmenasradio.org

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