El jazz, puerta de acceso a nuestra naturaleza espiritual

SABER PROFUNDO 

Jorge A. Rodríguez y Morgado 

 

 

“En cierto modo, la vida es como el jazz… es mejor cuando improvisas”. 

 George Gershwin 

 

La música ha jugado un destacado papel en la evolución de la humanidad. Su origen se remonta a la prehistoria, cuando los humanos comenzaron a producir, con objetos y su voz, los sonidos de la naturaleza y los sonidos internos del cuerpo humano, como el latido del corazón a través de tambores, ritmo que escuchamos en el vientre materno. 

A lo largo de la historia, la música se ha considerado como un eslabón que conecta al ser humano con la naturaleza y con su Ser interior. De manera más trascendente es una forma de elevación hacia los dioses, vemos que en todas las religiones se han creado cantos de alabanza para llegar a la divinidad.  

Platón decía que “la música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”. Se ha comprobado que la música en el ser humano lo activa, le crea tranquilidad, y lo más importante es que genera estados elevados de conciencia, sólo alcanzables por el vibrar de los sonidos musicales. Nikola Tesla dijo que “Si quieres descubrir los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”. 

En su devenir histórico, la música ha pasado por infinidad de géneros: religiosa, profana, danza, ópera, tragedia, zarzuela, clásica y, más recientemente, pop, blues, rap, rock, música electrónica y Jazz, entre otros. En México, ejemplo de géneros musicales: mariachi, norteño, banda, grupero, etc.   

Los géneros musicales son más que música, ya que generan identidades y comunidades con valores, comportamientos, hábitos y estilos de vida asociados. 

El “Jazz” es uno de estos géneros que tuvo sus inicios en el siglo XIX en las comunidades afroamericanas de Nueva Orleans, a partir de los cantos de los esclavos negros del sur de Estados Unidos. En la actualidad se encuentra expandido alrededor del mundo.  

El origen de la palabra “jazz” es incierto; según algunos autores proviene de la jerga de los deportistas de la costa oeste de los EE. UU. Según otros, tiene una raíz africana que se refiere al acto sexual. También, que proviene del argot “jasm”, que significa energía, vitalidad, brío.  Asimismo, se considera un diminutivo de la palabra “jazmín”, por el perfume que usaban las prostitutas. Otra teoría es que proviene de una palabra arcaica, “jasm”, que significa espíritu o entusiasmo. 

Ha sido tanta la influencia del Jazz, que la Organización de la Naciones Unidas (ONU) proclamó, en 2011, el Día Internacional del Jazz, para celebrarse el 30 de abril de cada año, fecha en la cual se pretende sensibilizar sobre “la importancia del jazz como herramienta educativa y de promoción de la paz, el diálogo y la cooperación entre pueblos de todo el mundo”. 

Las consideraciones de la ONU para proclamar el Día Internacional del Jazz consistieron, entre otras, en que el Jazz es un importante medio de comunicación de las masas, estrechamente vinculado a la igualdad de género, la unidad y la paz. Es una herramienta para la juventud y un gran aporte para generar cambios sociales. El jazz rompe barreras, creando oportunidades para el debate, el diálogo intercultural y la tolerancia. 

La música siempre ha representado para los seres humanos un importante medio de comunicación, que aporta grandes beneficios. En este sentido, el jazz es considerado como el lenguaje de las emociones, siendo una forma expresiva y auténtica que tiene la capacidad de humanizar y trascender en la transformación de las personas y de la sociedad.  

Durante la década de 1960, en Estados Unidos se estaba produciendo el movimiento por los derechos civiles, lo que provocó cambios sociales y movimientos políticos. Como consecuencia, los afroamericanos obtuvieron más libertad para celebrar su cultura y expresarse religiosamente. Esto condujo a un deseo de desafiar las convenciones del jazz, y algunos artistas optaron por buscar la trascendencia y la espiritualidad en su música.  

Es entonces cuando surge un subgénero del jazz denominado “jazz espiritual” o “jazz astral”. Este estilo musical incorpora sonoridades africanas y asiáticas caracterizándose por su enfoque en la espiritualidad y la trascendencia, nutriéndose del jazz libre, vanguardista y metódico, mezclando elementos místicos con particularidad oriental.  

Estudios concluyen que el escuchar jazz puede mejorar el estado de ánimo, la memoria verbal y la concentración, además de aumentar los niveles de las hormonas de la felicidad: serotonina, dopamina, oxitocina y endorfinas (la dopamina equilibra la intensidad del dolor, y las endorfinas ayudan a aliviar los dolores).  

En una sociedad como la actual, con exceso de ruido externo molesto y enajenante, es difícil ir hacia nuestra parte interna, único lugar donde habita el alma, la que conduce este cuerpo terrenal al camino de la espiritualidad. La sociedad del siglo XXI crea falsas expectativas como medio de realización personal en la consecución de bienes materiales y éxito social. Sin embargo, cuanto más ruido recibimos, más difícil se hace el proceso de encuentro íntimo y de desarrollo espiritual.  

Para escucharnos internamente existen dos herramientas muy útiles: el silencio y la música (como el Jazz), ya que la música es expresión de amor.  

La música, amable lector, nos hace mejores personas, más saludables, conscientes y espirituales. La música nos conecta con nuestra esencia humana, nos hace sentirnos cerca de uno mismo, el ser parte de un todo, más cerca del universo y nos enlaza con Dios. 

¿Quieres ser mejor en todos los aspectos?, ¡escucha música! 

 

 

Twitter @jarymorgado 

jarymorgado@yahoo.com.mx 

 

Referencia: 

  1. https://www.santandersmusic.com/magazine/diccionario/que-es-el-jazz 

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