Cuestión de género

La famosa Educación de Género, a lo largo del siglo XX y ahora el XXI, nos ha llevado a creer que la preferencia sexual es contagiosa, se puede curar o cambiarla a gusto. 

No es así. Más bien se ha puesto de moda en estos últimos 5 años, tal vez buscando romper paradigmas sociales, creencias o hasta como manera de revelarse en este mundo dual, de emociones y controversias.  

Pues tampoco es así de simple: la sexualidad no corresponde a un género masculino o femenino. Realmente el ser que habita en cada cuerpo elige qué papel jugar para cumplir con su misión o proyecto de vida, y eso no tiene nada que ver con el género, sino tiene que ver con el papel que venimos a representar en este mundo. La “homosexualidad” ha sido estigmatizada, juzgada y condenada desde hace cientos de años, porque hace miles de años era respetada y valorada como otro género que sumaba y aportaba a la comunidad, por la sensibilidad y percepción de los 2 hemisferios en conexión. Por eso grandes escritores, compositores y cantantes a lo largo de la línea del tiempo han sido homosexuales. 

La preferencia sexual es individual y corresponde a cada individuo sentirla, vivirla, experimentarla. No es una elección. Es ya una visión con la que sí se llega a esta vida. Y qué si fue elegida antes de llegar al mundo en el cuerpo que se habita.  

Me queda claro que cuando te conoces y sabes quién eres, no hay nada que defender o por lo cual luchar o batallar; simplemente, el Ser se manifiesta naturalmente por la experiencia que se viene a atravesar, pero pareciera que hay que batallar, que hay que hacer mítines o marchas para reconocerse a sí mismos. 

Si todos los seres humanos nos diéramos cuenta y nos observáramos quiénes somos y nos amáramos independientemente de nuestra preferencia sexual, seríamos respetados  

El 28 junio de cada año se celebra el día del orgullo gay, donde hay banderas multicolores pidiendo ser reconocidos y valorados por los otros géneros. Mas desde mi punto de vista siento y creo que cada individuo tiene que reconocerse como es y respetarse y respetar su entorno; eso crearía una convivencia, independientemente de su preferencia sexual. Pero qué es lo que pasa en realidad en el mundo donde seguimos buscando días para celebrar y les ponemos colores (día azul, rosa, naranja, etc.), para “luchar” por defender y respetar una vida, una historia o una preferencia sexual, para ser respetados. En realidad, bastaría con que sencillamente todos los demás humanos ondeáramos banderas de todos los colores. 

Confío en que algún día la humanidad sea valorada, cuidada y respetada por cada uno. 

 

“La sociedad existe solo como un concepto mental, en el mundo real solo existen los individuos”: Oscar Wilde. 

 

 

Rocío Benavente Larios 

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