Educación y democracia

Educarse ilustra 

Éricka E. Méndez Ortega 

 

 

Las normas hechas leyes por los legisladores 

tienen que practicarlas tanto los ciudadanos 

como los propios gobernantes.  

Esta es la única opción para una convivencia  

civilizada con el objeto de evitar la ley del más fuerte. 

Medina Núñez (2011) 

 

 

Ya desde el año 451 a C., en el mundo griego se dieron varios cambios en pro de la búsqueda de una democracia, específicamente en Atenas, donde se le consideraba como el germen de la política moderna e intentaba vincular al individuo con la comunidad. Se buscaba así la mejora de la polis sin tener en cuenta las aspiraciones personales, queriendo que su propio desarrollo sirviera para el desarrollo común de la ciudad y no se diera paso a la gestación de gobiernos tiranos y déspotas que tarde o temprano llevarían a esta ejemplar ciudad a su decadencia. 

Si tomamos en cuenta una de las tantas definiciones de democracia (y todas llevan al mismo punto: demokratía, demos, “pueblo”; kratos, “poder”), forma de organización social y política presentada en el platonismo y aristotelismo que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía, podemos observar que la democracia busca en todo momento a un ideal de individuo vinculado a la sociedad, la cual también debería ser ideal, pues atendiendo a los pensamientos platónicos, cada ciudad es el reflejo de sus ciudadanos; por lo tanto, si hay hombres perfectos debe de haber sociedades perfectas. 

Para lograr lo anterior debe existir una ayuda mutua entre los integrantes de una sociedad, promoviendo una convivencia justa, puesto que uno de los principios de la democracia es la justicia, es decir, cada individuo deberá de ser consciente del lugar que ocupa en la escala social y política. Y para este cometido el camino a seguir, sin duda alguna, es la educación, pues es desde esta disciplina donde el estudiante adquiere los elementos necesarios para poder ser un ciudadano que persiga el ideal de humanidad, que no es más qué buscar el bien común y no el individual. 

Por eso, para Aristóteles la educación debía de ser obligatoria e igualitaria, integrando en la enseñanza: la educación al cuerpo, la moral y el intelecto, todo ello en relación a lograr una perfección en la comunidad. Que es precisamente el punto medular planteado en la NEM (nueva escuela mexicana). que propone que todo el aprendizaje gire en torno a la comunidad como identidad propia de un pueblo con sus costumbres y tradiciones, y no ver como entes separados a la escuela y a su entorno comunitario, pues forman parte de una sociedad democrática. 

Así, pues, más allá de seguir el nuevo diseño educativo de moda, que es atender las necesidades humanitarias de los estudiantes, pensando que esto es actuar con democracia, se debe formar a los jóvenes, desde niños, bajo la tutela de los principios de participación, organización social, solidaridad, respeto a la diversidad, equidad, libertad, justicia y solidaridad. Que, en suma, crean a un individuo capaz de actuar y vivir con democracia y que siempre buscará las mejores formas de relacionarse con sus semejantes y lograr ser, si no perfecto, sí un buen ciudadano que predica con el ejemplo. 

 

 

eryelmeor@gmail.com 

Compartir

About Author

Related Post

Leave us a reply