¿Es posible conocer el mundo a través del cine?

El cine es la fábrica de sueños, de eso no hay ninguna duda. Nos lleva a viajar por lugares fantásticos e inexistentes, a visitar otros mundos, algunos de ensueño, y otros de pesadilla. A vivir cosas que en nuestra realidad cotidiana serían imposibles. Pero también nos lleva a viajar a países que sí existen, a lugares que son reales en nuestro mundo, a países civilizados o salvajes, a sitios exóticos que, en la mayoría de los casos, de otra forma jamás llegaríamos a conocer. Pero ¿es posible realmente conocer el mundo a través del cine? 

Hollywood hace décadas que acapara la industria cinematográfica, y al menos en Estados Unidos e Hispanoamérica, su visión del mundo es prácticamente omnipresente. Casi podríamos decir que lo que conocemos del mundo, de otros lugares y países, y de otras culturas, lo conocemos a través del cine hollywoodense y su prisma, de su ideología, su nacionalismo y su sistema de valores. No importa si viajamos a la India a través de una película de Indiana Jones, a China con una de James Bond, o al norte de nuestro propio país en una película tipo “El Pistolero”: siempre veremos en ellas cómo el mundo anglosajón (principalmente Estados Unidos y Reino Unido) ve al resto del planeta, y no cómo cada uno de esos países y culturas se ven a sí mismos.  

Ahora bien, podría proponerse como alternativa a ello, para poder conocer mejor un país y su cultura, el ver el cine producido por ese mismo país. Así, podríamos decir que, para poder conocer la India, sus costumbres y tradiciones, sus creencias y su espiritualidad, es mejor ver una película de Bollywood, que una de Hollywood que retrate esa nación. Lo mismo si se quisiera conocer Japón, en donde una película de anime producida por ellos puede decirse que nos acercará indudablemente a su cultura. Y si bien esto es parcialmente cierto, ya que sin duda un realizador siempre estará más familiarizado con su propia cultura que uno que la mire desde el exterior, no obstante, también es verdad que, al ver cine hecho por un país en el que éste se ve a sí mismo, la visión que de sí da, tampoco es del todo objetiva. Los sesgos políticos e ideológicos estarán siempre presentes, de manera tal que, si llegamos a ver una película de Corea del Norte, es muy probable que nos encontremos una visión del mundo según la cual el comunismo es bueno, y como consecuencia de ello, no estaremos viendo en ella la realidad de un país ni los anhelos y valores de sus habitantes, sino los sueños guajiros y megalómanos de un líder político (de allí que el arte, idealmente, jamás debería servir a ideologías). 

Entonces ¿podemos realmente llegar a conocer otros países y culturas a través de lo que el séptimo arte nos muestra de ellas?  

Sin duda es posible hacernos una idea de las cosas a través de las películas. Ciertamente podemos tener un acercamiento a cómo es un lugar gracias a una cinta. Sin embargo, como todo aquello que pasa a través del lente de alguien más, aquello que veremos será lo que dicho lente nos permita ver, y necesariamente la realidad quedará acotada. Sin embargo, así pasa con toda interpretación del mundo, sea o no una mirada cinematográfica, pues el observador siempre “observará” a través de su sistema de valores, y si transmite lo que ve, lo hará de manera parcial. 

Así, lo que vemos en la pantalla, como en la Caverna platónica, son sólo sombras de las cosas que son, y no las cosas en sí mismas. Las sombras no son las realidades, y así es como debemos entender todo aquello que nos informa el cine, lo cual al final de cuentas es siempre ficción, aun cuando pretendidamente nos muestre cosas basadas o inspiradas en hechos reales. 

Por ello no debemos perder de vista lo que se dijo al inicio de este artículo: el cine es la fábrica de sueños, y por eso no debemos esperar que nos muestre realidades. Y qué afortunado es que así sea, que no sea una reproducción fiel del mundo, pues lo que todos buscamos al entrar en una sala de cine, es justamente entrar en un mundo diferente de éste del que queremos escapar. 

 

 

Miguel Campos Quiroz 

camposquirozmiguel@gmail.com 

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