La familia, ¿por elección o vocación?

“El vínculo que te une a tu verdadera familia no es el de la sangre, sino el del respeto y la alegría que tú sientes por las vidas de ellos y ellos por la tuya.”

Parece que esta frase de Richard Bach resume lo que es una familia, ya que para “suerte”, la suerte no existe, uno crea su camino con acciones y elecciones, y de ahí los resultados. Bueno, en este mundo terrenal se acostumbra decir “es lo que me tocó en suerte”.

Pues no es lo que elegiste para venir a resolverte y trabajar en consciencia, y creamos pactos de sangre, que hace algunos años eran sagrados, ya que la palabra valía y tenía más peso que cualquier cosa, y esos pactos se sellaban con sangre, o se batían a duelo. Y si esto no pasaba, cuenta la leyenda, regresábamos a saldar las deudas de sangre.

En familia es como vamos creando lazos para, a través del amor, congruencia y conversaciones, venir a resolver mi Ser.

Y las familias se van conformando así.

Ahora hay diversas formas de vivir en familia.

La clásica: papá-mamá-hijos-mascotas. La bien avalada por esta sociedad incomprendida y desenfocada visión familiar, donde hoy todo se comunica por WhatsApp para hablar con padres, hijos y parientes, o ¿no?

Pero hay nuevas modalidades familiares.

Recordemos que con la Segunda Guerra Mundial cambió la visión de familia, donde la mujer empezó a trabajar y volverse cabeza de familia, lo que a la fecha ha perdurado.

También hay familias que vienen de divorciados y conforman nuevas estructuras sumando hijos y restando integración, si es que no hay amor.

O aquellas donde las abuelas o abuelos asumen la cabeza de familia.

Familias que se construye con ambos sexos y teniendo hijos, ya empiezan a ser comunes en la actualidad, lo que no es bueno ni malo. Para que no empiecen con moralismos a victimizarse, existen, ¿ok?

También están las familias por elección, que se van formando en el camino con amor y apoyos incondicionales.

Cabe señalar que no es real lo de que “la familia lo es todo”. Yo he visto familias matarse por herencias, palos y triques que al final acaban en la basura o perdidos.

Porque te recuerdo: cuando nos vamos de acá no nos llevamos NADA. Así que antes de empezar a pelear por cosas, si amas a la familia aprende a crear conversaciones y acuerdos por amor o por conveniencias, y dejemos de generar más Karma (acuérdate de los pactos).

Hay un día para celebrar a la familia, ya ven que somos adictos a ponerle a todo el año colores y días para celebrar, recordar o sufrir, mas no para asumir, porque si todos los colores se usan al año día a día para recordar eventos y unirnos, ya deberíamos ser felices todos todo el año, llenos de colores.

Así que cuando reflexiones en la familia, mejor pregúntate:

¿Amo a mi familia?

¿Estoy comprometido con el papel que juego dentro de la familia?

¿Respeto y honro a cada miembro de mi familia?

¿Los cuido?

¿No me importa pelear por triques?

¿No me importa pelear por querer tener la razón siempre?

¿Tengo vocación para conformar una familia?

¿Tengo vocación de pareja?

¿Tengo vocación de soltería?

Reflexiona. La respuesta está en la frase de Richard Bach, colocada en el epígrafe de este artículo.

 

 

Rocío Benavente

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