Los sonidos del jazz

EDUCARSE ILUSTRA 

Éricka E. Méndez Ortega 

 

 

Complicada tarea esta de escribir a cerca del jazz en tan pocas palabras, cuando hay mucho qué decir de este enorme e importante género musical. Empecemos recordando que el jazz es una música eminentemente negra, es decir, creada por gente de raza negra a partir de los ritmos traídos de África cuando fueron llevados como esclavos a Nueva Orleans, en Estados Unidos. Oprimidos por los blancos, su único entretenimiento era lo que sabían hacer de manera excelente: cantar y bailar con una profunda carga emotiva. Habilidad que volcaron, primero, en acompañar su adoctrinamiento con el ritmo que se llamó al spiritual y después con la música militar que incorporó instrumentos musicales de viento que, a finales del siglo XIX, dieron paso a lo que sería el jazz. Cuando el piano y la pianola comenzaron a ser accesibles para los negros, el ragtime del banjo fue traducido al piano naciendo así lo que comenzó a llamarse jazz. 

Pero no sólo existía el jazz como una forma musical. Sabemos que la música y la danza siempre van de la mano, coexisten en el tiempo y el espacio, una no existe sin la otra, de tal manera que en la etapa de la música militar se empezó a bailar un poco más. Dentro de la danza surgió el call and response, elemento que se ocupara para responder con el cuerpo y la música lo que otro dice o llama, atendiendo a la característica esencial del jazz: la improvisación. Dos eventos que sucedían dentro de la danza jazz eran el minstrel shows, cuya música se ejecutaba al ritmo sólo del piano, antes del movimiento de las grandes bandas, y fue una de las primeras formas del teatro norteamericano del siglo XIX en el que las actuaciones eran hechas por gente blanca que se maquillaba el rostro de negro a manera de mofa de la gente de raza negra. Y el vaudeville, que ofrecía una variedad de actos que involucraban números artísticos de música, teatro, danza y magia, con la incorporación de algunos animales, que podría ser el antecedente de los circos.  

Otro género de la danza jazz llega de Francia a EU en el siglo XX, denominado cakewalk. Este género se originó entre los esclavos negros estadounidenses, quienes, a menudo en presencia de sus amos, utilizaban este baile como una sutil sátira a la elegancia de los bailes de salón. Contribuyó a la evolución de bailes estadounidenses y europeos posteriores basados en ritmos de jazz, y su música influyó en el desarrollo del ragtime. Este tipo de danza se empezó a convertir en una danza de competencia cuyos ganadores recibían como premio un pastel, de ahí su nombre. 

Y qué decir de los grandes representantes del jazz, empezando por el genial Louis Amstrong, King Oliver, Bessie Smith, Johnny Dodds, Bunk Johnson, Errol Garner, Oscar Peterson, Billie Holiday, Ella Fitzgerald. No podemos dejar de mencionar a la banda de rock Led Zeppelin, que también ha contribuido con sus acordes de jazz en varias de sus interpretaciones. Hug Laurie, otro contemporáneo del jazz que canta y toca el piano con las emociones muy parecidas a los negros. Y, por supuesto, no podemos dejar fuera de esta brillante lista de artistas a Schroeder, aquel amiguito de Snoopy admirador de Beethoven pero que al interpretar el jazz en su pequeña pianola lo hace como los grandes. Así que escuchemos más de esta música llena de historia, a manera de homenaje a los que tuvieron que sufrir y a cambio nos dejaron los sonidos que calman el alma: los sonidos del jazz. 

 

eryelmeor@gmail.com 

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