¡Salud! por una vida saludable

Es increíble y difícil de creer que la salud del ser humano esté basada en el entorno cultural tan diverso que lo rodea. Y digo difícil porque entonces debemos pensar que existen tantas prácticas de salud como seres humanos cohabitando en este planeta. Seres humanos con formas y expresiones que caracterizan una población y determinan su estado de salud, tales como: etnia, educación, género, religión, lengua, cosmovisión, estereotipos, creencias, costumbres y valores.

México, uno de los países con mayor diversidad cultural, es, según el INEGI, el país que ocupa el primer lugar en problemas de salud, principalmente desnutrición. Varios son los factores que contribuyen a posicionarnos en este penoso lugar, y van desde cómo se nombra a las enfermedades hasta el status moral que se les da para remediarlas, confirmando con esto que la cultura moldea el comportamiento de las personas y de toda una sociedad.

El Artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos hace referencia a que: “Toda persona tiene derecho a la alimentación que le permita un desarrollo integral adecuado a su edad y condiciones especiales. El Estado proveerá lo necesario para garantizar el ejercicio de este derecho”, lo cual está totalmente alejado de la realidad que se vive en nuestro país dados los intereses político-económicos que la industria chatarra, en todos los ámbitos de la salud, ofrece al por mayor con el aval de los gobiernos, que lo que menos buscan es el bienestar de los ciudadanos.

Ante este escenario, y tomando en cuenta que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades, y que obviamente no lo garantiza el Estado, entonces es menester encontrar la solución desde el interior de la misma sociedad. Y aunque resulte una tarea casi imposible de lograr, tenemos en las instituciones educativas la oportunidad de promover conductas sanas y saludables.

En el nuevo plan de estudios de educación básica 2022 (aun no oficial) de la Nueva Escuela Mexicana, se propone como asignatura la vida saludable y que, a decir de la directora general de Desarrollo Curricular de la SEP, María Teresa Meléndez Irigoyen: es una estrategia pedagógica que posibilita un aprendizaje significativo y la formación de hábitos, que promueve la formación de estilos de vida saludable, a través del diálogo, la reflexión y el juicio crítico.

Sin embargo, y como todos los planes de estudios pasados, esta estrategia no funcionará debido a que es una solución mediática para disimular las estadísticas del rezago en cuanto a salud se refiere. Se debe voltear a observar a las escuelas para dotarlas de un área exclusiva donde se pueda fomentar la vida saludable, elaborar un plan real que coadyuve a formar a los estudiantes desde la edad preescolar, de manera que ellos mismos generen el cambio al interior de su seno familiar, y entonces lograremos conductas culturales y saludables en la sociedad.

Los hogares de cada niño son los ambientes donde se inculcan los valores culturales que respecto a salud se refieren, y la escuela es una extensión de los mismos; pero si ninguno de los dos cumple su función, seguiremos teniendo estilos de vida dictados por el consumismo, que lejos de salvaguardar la vida saludable de cada persona fomenta la cultura de enfermarnos sin que haya cura alguna más que la muerte.

 

 

Éricka E. Méndez Ortega

eryelmeor@gmail.com

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