Museos gastronómicos
GASTRONOMÍA
Daniel Parra Céspedes
Si algo es rico, es la gastronomía. Y no sólo en lo que respecta al sabor de las comidas y las bebidas, sino a la historia que subyace en ella, vinculada con los utensilios y las recetas de cocina.
Baste recordar en la cocina mexicana el uso de utensilios prehispánicos como el metate y el metlapil (popularmente llamado meclapil), empleados para triturar alimentos; o el jarro, la jícara y el acocote para el manejo de bebidas, este último un instrumento alargado con sendas perforaciones en los extremos, empleado por los tlachiqueros cuando extraen el aguamiel del maguey.
Pues bien, estos cinco utensilios son sólo una muestra de la variedad que hay en la gastronomía, sin mencionar la cubertería (cucharas, cuchillos, tenedores, vasos, copas, etc.) que ha habido desde tiempos inmemoriales, todos dignos de figurar en museos.
Pero además, imaginemos los cientos, miles, o hasta millones de recetas que hay desde que el acto de comer se convirtió en un arte y que derivó precisamente en la gastronomía.
Es tan rica ésta, como se apuntó al inicio, que hay una diversidad de museos alusivos por el mundo. Y México no podía ser la excepción. Baste mencionar los siguientes:
Museo del tequila y del mezcal, donde se pueden ver los procesos e instrumentos para destilar estas bebidas, y que está en la Plaza Garibaldi, de la Ciudad de México.
Museo-Galería Nuestra Cocina Duque de Herdez, el cual, además de actividades gastronómicas, cuenta con una biblioteca que posee más de 4 mil 900 volúmenes sobre la codina mexicana. Para quienes se animen a visitarlo, está en el centro de la Ciudad de México, en la calle Seminario 18, Col Centro.
Existen además museos del chocolate, del vino, del dulce…
Y en la ciudad de Puebla, orgullosamente, contamos con el museo de Santa Rosa, ubicado en el exconvento del mismo, nombre, en la 3 Norte no. 1210, y que es un edificio considerado una joya del siglo XVII.
Ahí se resguarda la famosa cocina forrada de talavera, donde, según la tradición, fue preparado por vez primera el celebrado mole poblano, y que por eso es parte del acervo cultural de Puebla.
En fin, la gastronomía es rica no sólo en sabor, sino en historia y en variedad de utensilios dignos de museos.
Candinga IG: candingaMx
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