Dominique Crenn: La chef rebelde

Fotografía de Dominique Creen 2017, cortesía de Food and Travel Magazine María Isabel Torres Siller, publicada el 7 de agosto de 2017, interiores del apartado: “Dominique Crenn, poeta de sabores y embajadora del cambio”. 

 

Entrar al Atelier Crenn en San Francisco, California, es ingresar, sin boleto de regreso, a un mundo de creatividad sin límites, a un espacio poco distinto a un laboratorio donde se forja un nuevo concepto de la alta cocina internacional. 

Dominique Crenn, hija adoptiva de una pareja de franceses residentes en Bretaña, es la primera mujer en recibir tres estrellas Michelin, distinción de la más alta estampa en el cosmos del arte culinario a nivel mundial. Galardón obtenido pese a todos los pronósticos, y es que Dominique ha reinventado la forma de fusionar sabores, aromas y colores en los platos que se sirven en Atelier. 

Ella misma se define como una cocinera revolucionaria y rebelde, en su libro Rebel Chef, publicado en 2020, Dominique muestra el coraje necesario que se requiere para alcanzar un sueño, trascender en un mundo de competencia feroz e inscribirse en la historia de las mujeres que han destacado en su ramo de estudio, trabajo y creación; este libro enfatiza la vida de Dominique y muestra que cualquier cosa que, como mujer te plantees, es posible. 

No sirvo un menú, sirvo una historia”, dice la chef. En cada platillo hay una historia detrás, una secuencia de acontecimientos horticultores, agrícolas y culinarios que se condensan en la mesa frente al comensal. Dominique ha cuidado mucho la producción de los alimentos que utiliza como materia prima en la transformación dentro de su cocina, vela por un consumo responsable y por apoyar a los productores de hortalizas, leche, quesos y legumbres. La siembra y el cultivo, así como la ordeña, la fabricación y el reparto de todo aquello que ella utiliza también engloban la historia de los productores. En el Atelier Crenn trabaja un equipo de hombres y mujeres que de la misma manera actúan bajo la disciplina de la francesa y disfrutan de sus ideas novedosas y caprichos culinarios, ellos conforman un gran equipo que con amor y pasión crean los alimentos. Cada trabajador de Atelier es en sí mismo una historia también. De manera que Dominique ensalza primordialmente la historia personal y revaloriza el esfuerzo y el compromiso. 

Cuando la reconocida chef se refiere a los visitantes que disfrutan sus creaciones lo hace con una mirada lejana; como si estuviera hablando de un sueño, suspira antes de decir “quiero abrir una ventana en sus vidas”; ella asegura que la experiencia culinaria es eterna, describe con gracia su recuerdo de la infancia al probar de manera consciente por primera vez un tomate: el sabor, la textura, el jugo bajando por la comisura de los labios; el aroma y el color que de aquella fruta quedaron para siempre en su memoria; ella afirma que aquel sabor que te deja una huella en la memoria lo hace para siempre. 

En 2017 María Isabel Torres, columnista de Food and Travel Magazine, describió a Dominique como una poeta de los sabores y embajadora del cambio. Muy acertada definición, ya que la chef ha trascendido a la prestigiosa constelación de las estrellas Michelin por su capacidad para diseñar en la mente y llevar a la práctica platillos nunca vistos que logran una mezcla de sabores únicos. Podemos decir que ella reinventó la cocina como movimiento artístico.  

En Dominique Crenn encontramos el significado más acabado de la expresión “arte culinario”; ella es sin duda la mujer que les ha dado un significado y significante a estos vocablos pues cada alimento emplatado por ella es una obra de arte comestible. 

Arribar al universo de los grandes chefs del mundo, ser considerada dentro de un gremio aún mancillado por la exclusión femenina y haber logrado las distinciones que Crenn asume como sueños cumplidos, no ha sido una tarea fácil; sin embargo, ella agradece a sus padres adoptivos por representar un bastión de alientos para seguir en su carrera gastronómica.  

Hoy por hoy, la vida y esfuerzos de Dominique representan un claro ejemplo de lucha y triunfo, de sueño y realización, y establece un nuevo paradigma en la cocina: el de crear un espacio donde el cerebro piense y cree, donde la imaginación se materialice por la razón y donde el arte permee cada paso que se da y cada decisión que se toma. 

Abandonar el statu quo de la gastronomía francesa y desarrollar su propio estilo, le ha valido ser reconocida como la chef rebelde, a lo que ella responde diciendo: “Libertad, expresión y creatividad, si es rebeldía”. 

Por su parte, Dominique hace una invitación a las mujeres desde su trinchera y su arte: “Si alguien quiere hacerte menos por ser mujer, solo tienes que reaccionar de forma más inteligente y actuar con base en tus principios”.  

En medio de la revolución feminista que vivimos en el Siglo XXI, el ejemplo de vida de la chef rebelde queda de manifiesto como estandarte de la libre expresión y el éxito que se paladea tras abrirse camino por cuenta propia y dejar sentadas las bases para la creación de una nueva cocina internacional basada en la imaginación y el valor de innovar. 

 

 

Eduardo Pineda 

ep293868@gmail.com 

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