Los grandes escritores y el alcohol

Me considero un gran amante de la gastronomía, la cual, creo, es inconcebible sin sus respectivos acompañamientos y maridajes, sin los que sería incompleta la gran experiencia que valoramos tanto los que a esto nos dedicamos por afición o profesión, o los que meramente lo hacemos por gusto.  

Y es que ésta es una forma de vida para muchos.  

En diferentes terrenos, los cocineros, chefs, bartenders, comercializadores de los miles y miles de productos que dan vida a esta experiencia y a la vez necesidad biológica, y otros tantos siendo sólo aficionados, también suelen llegar a especializarse tanto que, de no ser porque no perciben remuneración económica, los llamaríamos profesionales. 

Pero, ¿qué hay de aquellos a quienes les es necesario un trago para llevar a cabo su actividad profesional? Me refiero a tantos escritores que justifican su concentración o habilidad para hacer lo propio a partir de tener una bebida en mano. Y no, no me refiero al gusto que tenemos los que acompañamos la lectura con una copa de vino, o un café, o quizá un whiskey, no… estos artistas se vacían botellas completas para llevar a cabo sus tareas.  

Infinidad de ellos lo han contado e incluso han llevado a límites su dependencia, que les ha traído problemas de salud, de familia, e incluso con la justicia. 

El primero que se nos viene a la mente de la larga lista es Ernest Hemingway (21 de julio, 1899–2 de julio, 1961). Novelista, cuentista y periodista, a los 20 años formó parte de la comunidad de expatriados de 1920 en París, conocida como “la generación perdida”, tal como se describe en sus memorias París era una fiesta 

En julio de 1961, después de ser liberado de un hospital psiquiátrico, en el que había sido tratado por depresión severa, se suicidó en su casa de Ketchum, Idaho. Particularmente, cada vez que lo recuerdo ¡pienso en un mojito! 

Truman Capote (30 de septiembre, 1924-25 de agosto, 1984), escritor estadounidense cuyas obras son reconocidos clásicos de la literatura, incluyendo Desayuno en Tiffany’s, A sangre fría. De él se dice que no paró de beber sus Martinis dobles antes del almuerzo, en el almuerzo y por la noche… Después de ser arrestado por conducir ebrio en Long Island, fue internado en una clínica en Connecticut para tratar su alcoholismo.  

Edgar Allan Poe (19 de enero, 1809–7 de octubre, 1849) fue poeta, escritor de cuentos, editor y crítico literario; se le considera parte del movimiento romántico americano. 

Mejor conocido por sus cuentos de misterio, fue uno de los primeros practicantes americanos de la historia corta e inventó el género policial-ficción. El 7 de octubre de 1849, a los 40 años, murió en Baltimore; la causa de su muerte es aún, y lo será, desconocida, aunque se ha atribuido al alcohol, a una congestión cerebral, al cólera, a las drogas, a enfermedades del corazón, a la rabia, al suicidio o a la tuberculosis. 

Borrachines o no, hoy los disfrutamos, los recordamos y conmemoramos su existencia, que con o sin alcohol es un gran legado. 

 

 

Daniel Parra  

@candinga 

Compartir

About Author

Related Post

Leave us a reply